La verdad es que el motivo central del viaje era subir a los teleféricos de l’Aigulle du Midi y continuar por el Panoramic, encima de la Mer de Glace. Aunque sea una verdadera aberración contra la naturaleza, que lo es.
Ya que está y es único en el mundo, (menos mal), había que aprovecharlo y subir al menos una vez en la vida.
La verdad es que es una experiencia única e irrepetible.
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