viernes, 30 de noviembre de 2012

SOLÀ D'ENCLAR - CAPRICCIOSA

Tras una jornada de trabajo en Andorra, lo suyo era aprovechar el día siguiente para hacer una vieta en el Solar d’Enclar, que tanto me gusta. Cada vez quedan menos por hacer y le tocaba el turno a la muy clásica Capricciosa. Quedo con Edu, habitual residente del país saturado. Aprovecho para comentarle mi última idea: como aquello tiene un espacio limitado y parece que no pueden parar de construir cosas, podrían cubrir todo el valle con un techo de hormigón grueso y resistente, de forma que creasen un segundo nivel (o piso), podrían partir de cero y comenzar a edificarlo todo de nuevo. Además como el valle se ensancha cuanto más arriba, aún cabrían más cosas. Problemas de espacio solucionados. En cuanto a la planta de abajo, como en Las Vegas, un techo que durante el día simulara el cielo con sus nubes, sol y pajaritos y por la noche cambiara a estrellas, luna y constelaciones, incluso alguna fugaz para aumentar el realismo. Todo llegará. Sigamos, total que daban malo algunos partes y razonable algunos otros. Nos arriesgamos y si pillamos pillamos. Total, la vía es recta y rapelable. No me parece tan buena como las otras que he escalado aquí pero, aún así merece bastante la pena. Una buena sucesión de placas, con alguna fisura, entre bosques y muros de excelente granito. No se si es que esta vez era por la mañana o la época del año, pero el ruido proveniente de la ciudad me pareció más intenso que en otras ocasiones, es lo que tiene esta pared. Vamos enlazando cada dos largos en uno, gracias a la doble cuerda y una buena distribución de los seguros por cada una de ellas. Al final la vía no va tan recta como parecía en la reseña y en el bosque intermedio comienzan a caer 4 gotas. Pero para y continúa de manera intermitente y suave. En la R6 ya veo la nube más negra que se acerca y comienza el chispoteo más continuo, salgo disparado hacia arriba, con la pared ya mojada y agarrándome a todo lo que me puedo agarrar. Como alma que persigue el diablo, creo que enlazo los dos últimos largos en unos 10’. Si hay que correr se corre. No me apetecía ni lo más mínimo rapelar desde aquí arriba con las cuerda mojadas. Llega Edu, ya con la pared empapada y pegando patinazos. Llueve más pero ya nos da igual. Son unas 2.30 h. que hemos tardado, con las prisas pero sin disfrutar la parte superior. En el bar pasamos más rato que en la pared.

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