5 h. AM. Pipipipiii-pipipipiiii-Pipipipiiii. De un salto salgo disparado de la cama, como nunca lo había hecho. Paso de estar profundamente dormido al suelo, sin trámite alguno: a escalar. Me intento lavar la cara y todo se nubla, caigo al suelo desmayado. Al poco me despierto y me encuentro tirado en el suelo y con sangre que sale de la oreja. Evidentemente me asusto y se me llevan en ambulancia. Al final fue una bajada de tensión provocada por levantarme demasiado rápido y la sangre una herida (puntos) tras la oreja, provocada en la caída al golpearme con un mueble. Eses día había quedado con Oriol para escalar la reciente Estado Ingrávito en Sant Gervás. Lo paso con la cabeza embotada y sin poder hacer gran cosa.
Oriol la escala al cabo de un mes y a mi se me queda pendiente. Los comentarios de alguna repetición son., por lo general, bastante aceptables y buenos.
Pasan dos años hasta que la escalamos junto con Dani Santo y Dani Vega. Las sensaciones que sacamos son bastante similares:
-Pared y entorno, como siempre, buenísimo.
-Primera mitrad de la vía bien, sin ser una maravilla, es agradable.
-Salida mal resuelta. Aunque el tubo final es original, también encontramos roca bastante así así. Todos coincidimos en que una salida recta por las placas y un diedrito que se adivina a la derecha, desde R4. Hubiera dejado un viote bastante más bueno. Con mejor roca y un recorrido aéreo y espectacular. Total, se hubieran metido algunos spits más, pero tampoco muchos. Bueno, la opción está ahí, si alguien se anima, valdría la pena.
-A mi me gustó el conjunto de toda la movida, pero si eres muy exigente con la roca mejor te vas a otra vía.
-Grados amables, pero hay que escalar, aplicarse y confiar ciegamente en que ese bloque al que estás agarrado en bavaresa desplomada, no se va a arrancar.
-Tremendo el tramo de tierra de principio del L5…
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