Quedo con Edu
para ir al Pic Barbet (junto al Canigó) y pasarnos un par de días por la zona.
Al final creemos que es mejor para cuadrar horarios hacer algo por Porte y
luego irnos hacia Cortalets.
Dormimos en un
aparcamiento de las pistas de esquí y nos levantamos prontito para poder ir
holgadamente luego hacia el Canigó.
Intento arrancar
el coche y no hay manera, nada de nada. Vaya.
Tras darle
vueltas a la situación y analizar todos los pros y los contras, decidimos irnos
a escalar y cuando bajemos ya veremos, al menos habremos hecho algo, porque
cabría la posibilidad de volver a casa sin hacer nada de nada.
La idea es bajar
pronto y la aproximación se puede hacer también desde el punto en el que nos
encontramos. Subimos hasta la base de la pared del Pic de l’Estagnol en más o
menos una hora.
Localizamos el
inicio y la niebla nos envuelve, menos mal que antes de que llegara hemos
encontrado el pie de vía.
Al parecer ayer
llovió y la roca tiene un punto de humedad, sólo un punto. Lo que pasa es que el
musgo está muuuy mojado y hay mucho musgo. Por lo tanto la confianza es cero
patatero.
Subo el primer
largo muy poco a poco y asegurando cada paso. Menos mal que en una placa fácil
pero lisa y con musgo, encontramos unos clavos de seguro.
Edu de segundo
patina y cae.
El siguiente
largo es fácil pero está
igualmente
mojado, tranki tranki.
Yo de segundo
caigo.
Luego está un
poco mejor, aunque no del todo. Finalmente despeja la niebla y nos deja ver los
alrededores.
La vía está
bien, incluso VVB. Por completar el lugar. Los 3 largos de 6a son muy buenos, la
lástima es que los otros la dificultad decrece exageradamente y quedan poco
compensados. Aún así es una interesante actividad de medio día. Para nosotros
ese día resultó ideal.
Ahora tememos el
marrón del coche.
Empujamos un
rato hasta coger la larga bajada dónde esperamos arranque sin problemas. Arranca.
En Puigcerdá y tras probar suerte en dos talleres, que están muy ocupados (que bien
para ellos) damos con un tercero dónde cambian el clausor y solucionan el problema.
Nos largamos
para el Canigó con el Land Rover que ha traído Edu. Llegamos tarde y decidimos
dormir al principio de la pista, con la tienda. Menos mal porque al final
llueve un rato esa noche.
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