viernes, 18 de noviembre de 2016

PEÑA BLANCA - LUNITA DANCE
















 
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Entre dos días de mal tiempo, cosa rara este año, nos queda uno radiante y que hay que aprovechar.  Además, en las fechas que estamos y con los planes de futuro, lo más seguro es que sea la última ascensión que podamos hacer en alta montaña este magnífico verano del 2016.

Desde el Cilindro me quedé prendado de una gigantesca losa de caliza blanca que resaltaba entre otras montañas de colores más oscuros, su pinta era buenísima. Se trataba de la vertiente sur del Pene Blanque de Tromouse o Peña Blanca o La Blanca de Lalarri o yo que sé, depende de a que paisano le haya preguntado el que hace el mapa.

Total una montaña diferente y atractiva, con una inmensa placa caliza tumbada.

Investigo y resulta que ya hay abierta una vía, de Tino Núñez y Toño Guerra.

Quedo con Lorenzo y se suma Edu. Para que el madrugón no sea otra vez de a las 4 de la mañana, nos vamos a dormir por la zona. Lorenzo nos lleva a un sitio que el conoce: magnífico, es una especie de vertedero o planta de reciclaje. Total que dormimos frente a un almacén ultra-cutre. Lleno de cartones y noseque más.

Salimos y se oyen ruidos extraños, lo que faltaba. Menos mal que vamos tres y da menos miedo.

A las 6 suena el desper y como resortes para arriba. Primera micción y varios ojos brillantes me observan con gran interés, alumbro con el frontal y veo un montón de gatos cada uno de su manera, causantes de los ruidos nocturnos entre los desechos.

Hacemos la pista y salimos del coche al amanecer.

La cuesta de unos 800 metros de desnivel la hacemos a toda leche. Se notan los pateos del verano. Le sigue un descenso hasta base de la pared. En teoría son tres horas de aproximación, que nos ventilamos en 2 y cuarto, mola.

Para encontrar el inicio estamos un rato dando vueltas por la cornisa y cada uno diciendo la suya, pero al final la clavamos.

La vía resulta muy fácil, más incluso de lo esperado, muy tumbada y de roca variable, aunque buena en general. Aunque a mis compañeros no les ha convencido mucho, a mi si que me ha parecido una muy buena vía, dentro de su dificultad, a pesar de que los V nos han parecido IV. Se me de uno que apenas a puesto las manos en la pared…

El ambiente es absolutamente superior, con la norte del Perdido y el Cilindro ante nosotros y las huidizas líneas que se precipitan hacia Pineta y el cobrador del frac.

Lo más achacable a la vía es que al estar abierta sin chapas busca siempre el terreno dónde poder asegurarse mejor y evita todo el rato las placas más atractivas y de mejor roca.

En todo caso una buena opción sencilla, aunque también expuesta, reuniones a cañón (de friends), por eso.


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