-->
Entre dos días
de mal tiempo, cosa rara este año, nos queda uno radiante y que hay que
aprovechar. Además, en las fechas que
estamos y con los planes de futuro, lo más seguro es que sea la última
ascensión que podamos hacer en alta montaña este magnífico verano del 2016.
Desde el
Cilindro me quedé prendado de una gigantesca losa de caliza blanca que
resaltaba entre otras montañas de colores más oscuros, su pinta era buenísima.
Se trataba de la vertiente sur del Pene Blanque de Tromouse o Peña Blanca o La
Blanca de Lalarri o yo que sé, depende de a que paisano le haya preguntado el
que hace el mapa.
Total una montaña
diferente y atractiva, con una inmensa placa caliza tumbada.
Investigo y
resulta que ya hay abierta una vía, de Tino Núñez y Toño Guerra.
Quedo con
Lorenzo y se suma Edu. Para que el madrugón no sea otra vez de a las 4 de la
mañana, nos vamos a dormir por la zona. Lorenzo nos lleva a un sitio que el
conoce: magnífico, es una especie de vertedero o planta de reciclaje. Total que
dormimos frente a un almacén ultra-cutre. Lleno de cartones y noseque más.
Salimos y se
oyen ruidos extraños, lo que faltaba. Menos mal que vamos tres y da menos
miedo.
A las 6 suena el
desper y como resortes para arriba. Primera micción y varios ojos brillantes me
observan con gran interés, alumbro con el frontal y veo un montón de gatos cada
uno de su manera, causantes de los ruidos nocturnos entre los desechos.
Hacemos la pista
y salimos del coche al amanecer.
La cuesta de
unos 800 metros de desnivel la hacemos a toda leche. Se notan los pateos del
verano. Le sigue un descenso hasta base de la pared. En teoría son tres horas
de aproximación, que nos ventilamos en 2 y cuarto, mola.
Para encontrar
el inicio estamos un rato dando vueltas por la cornisa y cada uno diciendo la
suya, pero al final la clavamos.
La vía resulta
muy fácil, más incluso de lo esperado, muy tumbada y de roca variable, aunque
buena en general. Aunque a mis compañeros no les ha convencido mucho, a mi si
que me ha parecido una muy buena vía, dentro de su dificultad, a pesar de que
los V nos han parecido IV. Se me de uno que apenas a puesto las manos en la
pared…
El ambiente es
absolutamente superior, con la norte del Perdido y el Cilindro ante nosotros y
las huidizas líneas que se precipitan hacia Pineta y el cobrador del frac.
Lo más achacable
a la vía es que al estar abierta sin chapas busca siempre el terreno dónde
poder asegurarse mejor y evita todo el rato las placas más atractivas y de
mejor roca.
En todo caso una
buena opción sencilla, aunque también expuesta, reuniones a cañón (de friends),
por eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario