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ía su estancia y se apunta a conocer la
Sierra de Guara.
Como ahora los animalicos
no procrean, parece que podemos ir a escalar sin molestarles, así que
aprovechamos para adentrarnos, no mucho, en el Barranco del Mascún y dirigirnos
a La Ciudadela.
La idea es
escalar el Espolón del Loco y después la Cuca de Bellostas.
La Ciudadela
cuenta únicamente con dos itinerarios, uno desequipado y otro prácticamente
equipado. Claro está que nos decantamos por este último.
El recorrido es
de una estética insuperable, en busca de un vertical espolón que seguirá hasta
la cima de una pequeña aguja adosada a la pared. Para ello, a mitad de vía,
atraviesa un gran agujero y cambia de vertiente, lo que le da el toque exótico
y diferente.
Tenía buenas
referencias de Armand, quien ya había escalado esa ruta con anterioridad, pero
claro los baremos son diferentes.
El primer largo
es difícil con ganas, además la roca no acaba de convencer del todo y el
equipamiento es bastante cutre: algún parabolt de 8 mm y clavos caseros con
anillitas, metidos en roca hueca. Mal rollo. Meno mal que llevo algunos pitones
y los clavo todos para reforzar los que dejaron los primeros ascensionista.
Esto me da un poco más de coraje para ir subiendo de un seguro a otro. Un paso
de gancho da fin a la agonía y llego a la reunión. Retiramos todos los clavos
que pusimos.
El siguiente
largo comienza con una pinta repelentemente descompuesta, luego no es para
tanto. Continua una fisura de buena roca y después una lucha encarnizada a muerte
con un gran zarzal pinchoso que se empeña en no dejar que entremos a la
reunión.
Le sique un
largo magnífico y de roca excelente hasta el agujero.
El espolón del
L4 es sumamente vertical y cutrin, tipo L1, resulta bastante entretenido y Dani
da el callo. Para hacerlo en libre y de primero tienes que fiarte de muchas
presas dudosas. Luego está la laja en Ae, que ni la mires porque como la toques
y caiga, que podría ser, te corta las cuerdas y destroza al asegurador. Por lo
tanto, NI-TOCARLA.
El último largo
continúa con la tónica rota y cutre, añadiendo el factor mata-traxion, que le
da el toque.
La reunión que marca
en la cima no existe, destrepe cutre hasta el rapel.
Aquí vemos que es
una pena que la vía no continúe hasta la cima porque, además, se ven los
mejores largos, buena placa y fisura perfecta. No entendemos como no la
continuaron hasta arriba.
El primer rápel
transcurre por un tubo muy estético.
Al final ha
resultado más entretenida de lo esperado y decidimos largarnos al bar y dejar
la Cuca para otro día.
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