miércoles, 2 de noviembre de 2016

LA CIUDADELA - ESPOLÓN DEL LOCO













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 en libre y de pía su estancia y se apunta a conocer la Sierra de Guara.
Como ahora los animalicos no procrean, parece que podemos ir a escalar sin molestarles, así que aprovechamos para adentrarnos, no mucho, en el Barranco del Mascún y dirigirnos a La Ciudadela.
La idea es escalar el Espolón del Loco y después la Cuca de Bellostas.
La Ciudadela cuenta únicamente con dos itinerarios, uno desequipado y otro prácticamente equipado. Claro está que nos decantamos por este último.
El recorrido es de una estética insuperable, en busca de un vertical espolón que seguirá hasta la cima de una pequeña aguja adosada a la pared. Para ello, a mitad de vía, atraviesa un gran agujero y cambia de vertiente, lo que le da el toque exótico y diferente.
Tenía buenas referencias de Armand, quien ya había escalado esa ruta con anterioridad, pero claro los baremos son diferentes.
El primer largo es difícil con ganas, además la roca no acaba de convencer del todo y el equipamiento es bastante cutre: algún parabolt de 8 mm y clavos caseros con anillitas, metidos en roca hueca. Mal rollo. Meno mal que llevo algunos pitones y los clavo todos para reforzar los que dejaron los primeros ascensionista. Esto me da un poco más de coraje para ir subiendo de un seguro a otro. Un paso de gancho da fin a la agonía y llego a la reunión. Retiramos todos los clavos que pusimos.
El siguiente largo comienza con una pinta repelentemente descompuesta, luego no es para tanto. Continua una fisura de buena roca y después una lucha encarnizada a muerte con un gran zarzal pinchoso que se empeña en no dejar que entremos a la reunión.
Le sique un largo magnífico y de roca excelente hasta el agujero.
El espolón del L4 es sumamente vertical y cutrin, tipo L1, resulta bastante entretenido y Dani da el callo. Para hacerlo en libre y de primero tienes que fiarte de muchas presas dudosas. Luego está la laja en Ae, que ni la mires porque como la toques y caiga, que podría ser, te corta las cuerdas y destroza al asegurador. Por lo tanto, NI-TOCARLA.
El último largo continúa con la tónica rota y cutre, añadiendo el factor mata-traxion, que le da el toque.
La reunión que marca en la cima no existe, destrepe cutre hasta el rapel.
Aquí vemos que es una pena que la vía no continúe hasta la cima porque, además, se ven los mejores largos, buena placa y fisura perfecta. No entendemos como no la continuaron hasta arriba.
El primer rápel transcurre por un tubo muy estético.
Al final ha resultado más entretenida de lo esperado y decidimos largarnos al bar y dejar la Cuca para otro día.



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