Ese día daban
lluvia a medio día, la cosa no estaba clara. Además el día anterior pasamos más
bien frío y este se presentaba, de entrada, nublado. Buscando alternativas mas
light y rápidas pienso en Calamés.
Después de la
Dent d’Orlú fue la primera zona del Ariege que conocí, en ella escalé bastantes
veces y le guardo un cariño especial.
Aquí tenía
recomendada Prelude una de las largas de la pared pero muy fácil, con un par de
pasos de V+ únicamente. Edu dice que ya le está bien para descansar un poco,
así que vamos.
Como pone en la
guía, transcurre entre matojos pero con roca limpia y de muy buena calidad, la
verdad es que en su grado es muy buena y una de las clásicas de Calames.
Esta se abrió
únicamente con empotradores y ahora está toda equipada con paraboles, creo que dejarla
en su estado original o, como mucho, una cosa intermedia hubiera sido lo ideal,
así también iría menos gente y no se puliría al ritmo que lo hace. Pero, en fin,
en su casa, cada uno ya sabe lo que se hace.
Una víbora nos
da la despedida en el último largo, obligando a un rodeo forzoso.
Otro punto a su
favor es que llega justo a la cima, dónde nos recibe un cabrón con todas las de
la ley.
Bajamos por el
bonito sendero de la torre de vigilancia y rematamos haciendo un poco de
deportiva en uno de los sectores cercanos al collado. De momento no llueve,
pero vamos tirando para casa, que nos queda un largo camino.
Por esta vez la
vertiente sur ha pillado más agua que la norte.
VVB
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