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Se barajaba la
posibilidad de ir a esta vía, una de las grandes clásicas de la isla. De las
mejores, incluso de las mejores de Francia (según Destivelle). Personalmente me
daba bastante corte ir, no por la dificultad si no por la exposición. Si era
famosa por algo más que su belleza era por las hostias que te podías pegar en
sus lisas y tumbadas placas de adherencia.
Cuando se abrió
aún lo era muchísimo más, de hecho con el tiempo a sufrido varios
reequipamiento, añadiendo unos 19 seguros adicionales lo que la hacen sensiblemente
menos peligrosa, aunque aún conserva ciertos alejes.
En la guía dice
que se han añadido pero que aún conserva su espíritu. Flipo, porque si tal como
está ahora ya puede dar miedo, imaginaros con 19 seguros menos, uuuuuf.
Entonces si que tendría otro espíritu.
Bueno, a mi aún
me faltaron seguros.
En realidad no
toda la vía es expuesta, podría reducirse a alegrías en los largos 1 y 6,
seguros lejos en los largos 7 y 8, y normal en el resto.
La escalada
comienza por terreno medio tieso y con regletas para llegar al lomo del
elefante en si y seguir por su estética y tumbada arista en adherencia pura.
Una verdadera maravilla si nos gusta este tipo de escalada, tanto por su
estética y ambiente como por la excelente calidad de la roca. Imprescindible si
no miramos abajo.
Con el tiempo se
han ido abriendo más vías en la pared, pero no con la elegancia del mismo filo
de arista, que puede recordarnos a las Arestas Brucs. Jeff podría ser la
siguiente. Las otras ya son demasiado difíciles.
Fin del viaje,
yo me quiero quedar. Volveré seguro, el año próximo por poco que pueda, son
demasiadas cuentas pendientes repartidas por toda la isla.
Una cosa es
segura: Bavella quedará ya por siempre como uno de mis recuerdos más
imborrables, de los mejores lugares del mundo para practicar la escalada, fijo.
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