domingo, 8 de diciembre de 2019

ABU AINA TOWER - LION HEART










 
Otra de las super recomendables, pero….al loro con esta.
Esta vez seremos 3. Los habituales + Ernesto López.
Atayek se enrolla de maravilla y nos acerca con el coche hasta el campo beduino desde donde parte la zona tiesa de la aproximación. Ahorramos así un buen trozo de monótono desierto plano.
Ya el acceso tiene su historia. Hay que subir una plaquita con cierta mala leche y pasar por dentro de un estrecho y gigantesco bloque empotrado en una canal.
Con mochila es bien problemático, así que hacemos una cadena para pasar los bultos.
Llegamos a pie de vía y hay una cordada Checa delante, pero no nos molestamos ni lo mas mínimo.
Como vamos 3 y esto se ve bastante serio, no acomodamos y dejamos que Hector, muy aficionado a las fisuras y los empotres técnicos, vaya tirando para arriba. Nosotros nos encargaremos de sacar los friends. A ver que tal.
Pues mal. Aquí no hay las típicas galletas que te salvan cuando la cosa se pone fea. Durante toda la vía las placas son bien lisas y los empotres necesariamente técnicos y spliteados.
Además el grado nos parece exageradamente bajo en comparación con el resto de itinerarios que hemos escalado (y que escalaremos) por la zona. Para mi gusto los 6b son 6c/+ y algún 6a también podría llegar al 6c.
Es curioso que todo el mundo dice que es mas difícil de lo que marca, pero nadie le cambia el grado en las reseñas.
Para rematar la faena, el L5 comienza con una placa tan bonita como expuesta. La parte superior de esa misma tirada es una fisura que tumba, pero se alisa muchísimo y dispara la dificultad.
En un momento dado Hector se planta y decidimos dejarlo estar y no finalizar la vía. Hasta aquí me ha parecido buenísima pero demasiado difícil para mi en la actualidad, se me ha quedado un poco grande y no he disfrutado nada, así que la decisión me parece correcta. Y mañana será otro día.
Una vez abajo, Ernesto le entra a un beduino y subimos a la caja del pick up. Aquello empieza a tomar velocidad y rápidamente me voy para la parte delantera de la caja para tener dos puntos a los que agarrarme con todas mis fuerzas así, con un poco de suerte no saldré volando hacia el desierto en el primer bache.
Es curioso porque aquí es como un gran valle llano y cada vehículo va por donde le parece, cada cual se crea su propia pista. Mola.
Llegamos al pueblo y Ernesto salta rápidamente de la caja. Tan rápidamente como salta viene otro coche a toda hostia y si no lo pillo a tiempo hoy tenemos una desgracia.
Ya ha habido suficientes emociones por hoy.


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