Día de tránsito
con destino incierto.
En teoría hoy
nos unimos de nuevo a Santi y Pitxi que están terminando de abrir su vía en el
Assait. Llegarán a medio día, tranquilamente.
Llegamos a
Nizwa, gran ciudad en medio de las montañas, y a la salida localizamos las torres
en lo alto de una colina.
La pinta me recuerda muchísimo a les Agulles de
Travessany.
El sol pega bien
pero las paredes permanecen a la sombra toda la mañana, de todas formas la
cuesta que nos separa de ellas parece intensa.
Hacemos el grupo
de motivados del día: Asín, Salla y yo, y para arriba sin muchos preámbulos.
Según la foto de
la guía, queda un hueco muy atractivo en la zona izquierda de la cuarta torre.
No pinta mal.
La corta altura
(máximo de unos 150 m.) se ve compensada por la magnífica calidad de la roca.
La nuestra
comienza a la izquierda de los itinerarios existentes y resigue en principio un
claro y evidente sistema de fisuras. Como siempre, mas fácil de lo que parece
desde abajo gracias a la calidad de la roca y a las buenas presas. Al final del
L1 penetramos en un curioso agujero dónde se monta la R1.
Una increíble
placa plena de afloramientos de hierro que sirven como agares, nos deja en una
buena plataforma, dónde se monta la R3. Aquí no teníamos clara la continuación
puesto que la chimenea mas evidente ya está abierta. Barajamos la posibilidad
de salir por la izquierda a ver que hay, pero Salla dice de tirar recto por la
placa situada justo sobre la reunión.
Se ve costrosa
al principio, pero muy buena en conjunto si se limpia y se equipa con chapas.
Posibilidades de aseguramiento con friends nulas. Algún gancho facilita la
colocación de seguros y al final queda un largo totalmente equipado y de muy
buena calidad.
Bonito itinerario
para pasar la mañana y bajar a comer a casa.
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