Tenía esta línea
vista desde que repetí Lopondaragón, además me quedó clavada la espinita de no subirme
al puente por el mal rollo que me daba.
Se trata de una
estructura única en muchos kilómetros a la redonda y sorprendente por su
perfección y delgadez. Todo un desafío a
la gravedad y de una perfección casi
arquitectónica.
La idea era
pasar por dentro del puente, que es dónde parece que haya la mejor roca,
después subirse a el, y si la roca da, llegar arriba. Pero esto último carece
de importancia.
El primer día
voy con Fancesc y ya conseguimos llegar a la altura del puente, realmente es
irreal e irrepetible. Como la escalada se desarrolla casi toda en placa y
apenas metes friends, decido al siguiente día dejarlo todo equipado.
Regreso con
Ferran y terminamos, no en la cima, pero unos 20 metros antes. No descarto la
posibilidad de acabarla hasta arriba del todo.
Al final la vía
no es muy maravillosa, pero en vista del terreno, creo que es lo mejor que se
le puede sacar. Lo que si vale realmente la pena es venir para hacerse la foto
en el puente y disfrutar del ambiente interior.
Modo de uso:
desde R3 subir a R4, aquí el compañero nos descuelga por el espolón de matojos
y nos vamos chapando a los arbolillos cutres. Llegados al puente, solo resta
aventurarnos por el y quedar justo enfrente del compañero, que nos hará unas
fotos de portada. No olvidéis mirar para abajo desde mitad del puente…..
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