Otra línea
evidente de esas que tenía miradas para abrir desde hace mil años y que se me
adelantaron. Es lo que tiene la indecisión. En este caso fue un amigo Jea-mi
quién le dio firma.
La vía sigue una
marcada línea de placas en travesía a la izquierda y bajo un gran arco. Roca
muchísimo más buena de lo que parece desde abajo y escalada realmente alucinante.
Lástima que sólo dure tres largos.
De todas formas,
tras el rápel, y justo en ese mismo punto, sin caminar nada es posible
continuar por tres vías que están aún como proyecto. El tiempo irá desvelando.
La Orache
recorre placas repletas de gigantescas gotas de agua y lajillas, ofreciendo una
escalada muy técnica y sorprendente. Eso si, no regalan ni un solo seguro, hay
que escalar.
Como nota
negativa: los parabolillos de la señorita Pepis de 8 mm. Creo que habría que
erradicar de una vez este anclaje de dudosa resistencia, y más con potenciales
caídas de cierta importancia.
Intentamos
rematar con Benita, pero sale rana y lo dejamos para otro día, no sin antes
visitar la curiosa Cueva de los Huesos.
Con Jorge.
No hay comentarios:
Publicar un comentario