Hace mil años,
los amigos de Alicante me llevaron a la Cala Moraig para enseñarme un bonito
lugar dónde practicaban psicobloc, antes de conocerse esta modalidad. El sitio
me dejó maravillado por la belleza y la cantidad y calidad de roca que se veía.
Hace tres años
en un viaje a Calpe ya vimos la reseña de una de estas vías y quedó en el
tintero. Todo el mundo la pintaba muy bien, pero era cortita. Abrieron otra,
perfecto para combinar.
Madrugón
tremendo en Montanejos y viaje largo hasta Alicante, aún hay unas horas de un
lugar a otro.
Este objetivo,
corto, equipado y con buena roca parece acertado para llegar sin estreses. Si
vemos bien hacer las dos las hacemos y si no una.
Hay una cordada
en la fácil, así que comenzaremos por la difícil. Tampoco mucho más, un tramito
apenas.
Llegados a la
feixa central oigo al Salla pegando gritos. Ya se le ha ido la olla, pienso.
Resulta que,
casualidades de la vida, es Richi, un compañero suyo del trabajo y quien avisó
al helicóptero el día que tuvimos el accidente en Montrebei. Mira tu que cosas.
Rapelamos y
hacemos la otra, sobrados de tiempo. La verdad es que son muy rápidas de
escalar. Eso si bonitas y divertidas como ellas solas. Equipamiento a base de
anclajes químicos, canto gordo y roca más que excelente. El mar en todo momento
a tu espalda y muy cerca de la base de la pared.
Acceso y
descensos rápidos y curiosos. Uno por barranco y otro por las calles de una
urbanización. Cosas de la costa.
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