Los ánimos ya están decididos a cambiar de zona. A pesar de cierta oposición por mi parte, que pasa bastante desapercibida.
Plegamos bártulos antes de tiempo y nos largamos hacia el lejano Aladaglar. Los motivos son varios: un pequeño incidente sumado a cierta paranoia del E.I., aburrimiento de repetir la misma pared, incomodidad del campamento y falta de vías para repetir. El no querer abrir más es lo que tiene.
Yo advierto de que el Aladglar no es tan bueno como eso, pero no cuela. Algunos aprovechan para hacer turismo en la bonita Capadocia, yo aprovecho para escalar todo lo que puedo, ya hice bastante turismo en el anterior viaje.
Tras un día entero de carretera, el Aladaglar nos recibe con sus mejores luces. El camping de Recep está cerrado por vacaciones, así que improvisamos en otro cercano a este.
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