Nuevo viaje a Levante, dispuesto a aprovechar
el magnífico calcáreo que se prolonga metros y metros para que disfrutemos sin
conocimiento ninguno. Preciosas paredes rodeadas de un ambiente, por lo
general, ruidoso y ciudadano, gracias a la desmesurada evolución del ladrillo
ante nuestras sufridas costas. Pero, es lo que hay.
Conocí a Xavi en el rally de Riglos y ya
comentamos la posibilidad de escalar algo cuando bajase por allí, esta era la
ocasión.
Quedamos en el aparcamiento del Ponotx,
esta será mi casa durante algunas noches. Dan altas temperaturas, para variar,
así que escogemos la pare Noreste del Pontx, a la sombra rápidamente.
Tras una cálida aproximación nos
plantamos al pie de Andrómeda. Descansamos un rato y nos refugiamos en un
pequeño y sombrío recodo, a la espera de que se esconda el sol tras la pared.
Cuando hicimos Aravela, ya me fijé en
esta línea que sortea la barrera de desplomes gracias a un diedro vertical y
desplomado.
La vía es muy buena y está prácticamente
equipada salvo pasos concretos y algún tramo más largo en el largo 3.
Señalar como más difíciles y obligados
algunos tramos del final del L2 y el diedro final del L3.
Muy buena opción y escalada relativamente
rápida gracias a su abundante equipamiento.
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