Jorge se marcha pero yo aún tengo un día.
Así que me quedo en Riglos para hacer
algo al día siguiente.
Finalmente acabo escalando con Chavi,
Lorenzo estará en la vía contigua con un amigo. Como siempre, aquí hay gente
repartida por varios sitios. En nuestro caso iremos a la Currucuclillo, que es
la que me falta para completar la trilogía de esta pared del Frechín.
Así como las otras son tiralíneas de
arriba a abajo, esta serpentea constantemente en busca del itinerario más
sencillo y con mejor roca. Y lo consigue.
A pesar de tener una dificultad similar a
sus vecina, la roca creo que es mucho mejor. A mi es la que más me ha gustado
de las tres, con diferencia.
Equipamiento generoso, que va
disminuyendo según el largo, pero correcto en general….salvo un tramo en el L6
en el que para llegar a la chapa del desplome, como caigas, mínimo son 10
metros. Creo que este aleje, teniendo en cuenta como está el resto de la vía,
no tiene ningún sentido. Una antenilla solventa bastante la situación.
Arista final apoteósica y día perfecto. A
la bajada vamos un momento a echarle un vistazo a un proyecto que he visto por
ahí…
Me quedé sin memoria en la cámara y todas
las fotos que aparecen son de Lorenzo, tomadas desde la vía de al lado.
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