El día siguiente
amanece casi insalvable. Llueve, y cada vez más.
Además también
hemos quedado con Roger. La idea inicial era la EDER, pero vaya como que no. De
echo como que nada. Barajamos posibilidades: una cuevecilla, un desplome, ir de
compras a Andorra, una excursión.
Tras un rato en
el bar, parece que estabiliza, a medias y decidimos ir a hacer la excursión
circular de Sant Honorat, a ver si a la tarde para (como auguran las
predicciones) y podemos rematar con algo.
La verdad es que
entre brumas y tormentas la montaña está preciosa, baja agua por muchos
lugares. Alguna tormentilla tardía nos pilla, aunque cerca de rocas dónde resguardarnos.
Al final bajamos
al coche, bastante empapados, pero al menos hemos hecho algo.
Para, despeja y
sale el sol. Tenemos justo ante nosotros el Contrafort de Rumbau y, mirando la
guía, vemos algunas vías humanas a ambos extremos de la pared. Está tan cerca
que nos acercamos para allá.
Las del medio ni
las miro, duele el cuello. Comenzamos por la derecha. Aquí buen chasco,
entradas desplomadas y a bloque, lo que siempre se me ha dado peor. No me como
ni un rosco. Aún así, para cabezones nosotros, vamos a probar las de la
izquierda, aunque de grado son más difíciles, al menos las veremos.
La pinta es buena,
más de placa, estilo que me suele ir un poco mejor. Bingo, aquí se triunfa mas.
Encuentro bastante más fáciles los 6c de aquí que los 6a+ de allá.
Cosas que pasan.
Y como pasan
estas cosas, también, a veces pasan otras muy raras y que no sabes ni por dónde
te han venido pero que son tan surrealistas que hasta te ríes de lo absurdo de
la situación.
Pero eso ya es
otra historia….
No hay comentarios:
Publicar un comentario