Si en la otra
hemos disfrutado como camellos/as, la roca era buenísima y el equipamiento
abundante y resistente; en esta vamos a encontrarnos con todo lo contrario (un
poco ya lo sabía)
Bajamos la feixa
y continuamos atravesando bajo la Paret de Xurulla, cogemos el camino de las
marcas azules y lo volvemos a dejar, sin perder altura. Nuestro objetivo es
llegar de la forma más rápida y descansada posible al inicio del Esperó dels
Fòssils.
Esta rara vía la
abrieron Carme Melis y Josep Rigol en 1987 y, me apostaría algo a que no cuenta
con ninguna repetición, en todo caso muy pero que muy poquitas.
Se trata del que
sería el primer Puntal d’Àger, uno más pequeñito que el resto y situado a la
izquierda de la vía Mon de Mons. Se caracteriza por tener una marcada y, a
veces, afilada arista que lo recorre en su totalidad y que es el objetivo de la
vía en cuestión.
Es tremendamente
estética y lógica, las reuniones son muy cómodas y las vistas espectaculares a
ambos lados de la arista, perooooo, algo tenía que tener. Encontraremos tramos
bastante expuestos, tener especial cuidado con el primer largo, menos mal que
llevábamos al Salla. Luego viene el tema de la roca que, a pesar de tener
trozos buenos, abunda la calidad entre mediocre y mala, especialmente en los
tramos fáciles de arista. Aquí se cae todo a cachos. Eso si, disfrutamos de lo
lindo tirando abajo ingentes cantidades de piedras de todos los tamaños. Es
bastante interesante llevar algunos clavos variados.
Es lo que tiene
el coleccionismo.
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