Itinerario recubierto de cierto aire misterioso: que si roca mala, que si muy desequipada, que si horarios de entre 4,40 y 12 h, con una media de 10. Que si yo que se.
Últimamente parece que se ha ido repitiendo con cierta asiduidad y que no era tan fiero el león como el lupintan. Así que pasó de estar por ahí proscrita y un tanto temida, a pasar a la carpeta de pendientes.
Con Sidarta , al que también le faltaba, dirigimos la furgo hacia el prado en una fecha señalada. Ni dios, toda la pared para nosotros solos, como casi siempre.
Abajo resuenan las voces y griteríos de caminantes, kayakistas y caminocolganteros.
Tras un inicio extraño (al final volveremos a el), para escaquear el L1 con fama de demasiado matojero, llegamos a la feixa de R2, para nosotros R0.
El L1, como todos los de esta parte de la pared es un tanto costroso, penoso y dificilillo (aunque menos que los otros), además te pilla en frío.
Los largos se van sucediendo, sin prisas y sin pausas, entre placas y pequeñas fisuras. Estas evitan, muy inteligentemente, los diedros más cutres y desplomados, buscando lo mejor hasta llegar a las chimeneas de salida. El penúltimo largo merece un punto y aparte: acongojante y tremendo, visto desde la reunión. Una vez en el, es todo un chollo, roca buena y abundancia de buenos agarres, un pequeño regalo de despedida que nos ofrece la vía.
El balance final es buenísimo: un excelente itinerario típico de Montrebei, muy variado y bastante poco equipado. Debiera convertirse en clásica, comparable a Audoubert o Courbeau. No defraudará a los amantes de la pared. Roca de buena calidad, salvo tramos cortos.
Hemos puesto algún clavo (y retirado después) en la zona inferior, poca cosa. Creemos que con dos o tres clavos-clave (2 en R1 y 1 en el inicio de la fisurita del L2) ya está.
Nuestra contribución hacia el colectivo ha consistido en tirar abajo un buen número de piedras y bloques inestables, alguno de ellos de considerables dimensiones (piuuuu, patapoum-poum-poum) y en dejar un cordino nuevo en un puente de roca, antes de las chimeneas de salida. Salimos en unas 6,30 h bien contentos por la calidad de la vía y llegar arriba sobradísimos de luz.
Para el acceso tenemos 3 posibilidades:
A-Entrando directamente por el inicio de Idyl: diedro difícil y muy matojero.
B-Entrando por el inicio del Diedro Audoubert. Es lo que hicimos nosotros y lo que hacen la mayoría de cordadas. Coger la primera feixa y seguirla hacia la derecha. Llegamos a un paso estrecho y que nos obliga a ir a gatas, ojo que hay patio. Montar R justo a la salida y subir un largo de 25 m y IV+. Role en unas chapas del Audoubert. Ahora estamos en la segunda feixa. Seguirla a la derecha, durante unos 70 m hasta que la feixa se ensancha, localizar un buril, que será la verdadera R0 de Idyl. Más rápido de lo que parece, peri un poco rollo y expo.
C-Esta es la que creo que debe ser la mejor y más rápida forma de llegar. Subir por la canal de la GEDE hasta el bosque de pie de vía. Desplazarnos hacia la izquierda, en bajada hasta enlazar con la feixa descendente y, aparentemente, lo bastante amplia como para ir caminando sin ningún problema, hasta legar al inicio (R2 original) de la vía. En realidad esta forma de llegar no la hemos recorrido, pero la tenía estudiada sobre foto y después viendo el terreno desde la R se veía muy bien.
Si alguien lo hace así e informa, será muy de agradecer.
Sería una buenísima iniciativa si alguien se decidiera a reequipar los pocos buriles existentes.
Felicidades Luichy y Sidarta por el buen crono en la escalada. Claro que dos "lolos" como vosotros ya le tenéis bien cogido el tranquillo a la pared. Me alegra mucho que os haya gustado la linea. Cuando nos metimos aquí por primera vez hace ya mas de 30 años, yo también pensé que tenía muchas posibilidades para convertirse en una via clásica. Pero después de las primeras repeticiones, empezó a envolverse de una leyenda que la hacia poco atractiva. Ciertamente, la perspectiva de trazar una ruta lo más directa hacia los "mails" o chimeneas terminales, la convertían en un proyecto muy evidente y atractivo para nosotros y nuestra única incertidumbre era saber si lograríamos salir al segundo día o nos íbamos a cascar otro vivac sin comida en vista de lo espectacular de las formaciones que nos taponaban la salida. Agradable fue comprobar que ascendíamos por el tramo más rápido de la via. Saludos; Jean Ch. Peña
ResponderEliminarLo que flipo es que fuísteis en los días más cortos y fríos del año.
ResponderEliminarSi, el vivac fué tipo, la noche del loro. Pero era meterse ya o perder el tren. Había mucho francés por la zona con ganas de hincarle el diente. Jajajaja
EliminarLos rapidos y buenos son los jovenes
ResponderEliminar