Copón redivino como pasa el tiempo. Hacía casi 20 años que no bajaba a escalar por Alicante, a disfrutar de sus buenas paredes, de su roca increíble, de sus temperaturas cálidas cuando aprieta el frío por aquí arriba, de su gente.
Tras ir eliminando destinos más lejanos por falta de presupuesto, decidimos encaminarnos hacia el levante. Varios candidatos que al final nos quedamos en sólo dos, pero buenos, Josiño y menda.
Tomamos Calp como base de operaciones y dios nidor lo que ha cambiado en estos años, aunque ya apuntaba maneras al estilo Benidorm en pequeño, es hacia lo que ha ido encaminando sus pasos, comiéndole terreno a la arena y las marismas para construir un sinfín de grandes edificios.
Como toma de contacto, para que nos vamos a desplazar si ante nuestras narices tenemos el espectacular Peñón.
La vía SAME me atraía mucho desde hace años. Varios eran los motivos: conocer a los aperturistas, pertenecer yo mismo hace años al SAME, una enigmática chimenea interior que en la zona más desplomada te introduce en las entrañas del Peñón, fisuras… Dificultades razonables y ya clásica del lugar.
Todo nos mandaba para allá, como parece que se puede quedar un poco corta, estudiamos las reseñas y llevamos varias opciones, aunque Virginia Díez se presenta como la más a mano para continuar y alargar la jornada.
Un parque (natural, nacional, o lo que sea) es de por si una pijada y una falsedad ridícula en los tiempos que corren. Un parque en Calp es mucho más ridículo, basta con mirar el entorno al que ha dado lugar la administración (que luego hacen el parque). Pero llamarle paseo ecológico al camino que hay en la base del Peñón creo que ya roza lo ridículo y/o cómico. En fin antiparkes forever.
La SAME no defrauda en absoluto y nos brinda una escalada asequible, variada y espectacular, para disfrutar a tope del Peñón, más allá de las aglomeraciones inglesas en los Valencianos. Llegamos al colladito y efectuamos un rápel de 40 m, los ingleses flipan un poco. Rápidamente estamos en la R7 dónde se inicia la Virginia Díez. Aquí cambia totalmente la tónica y la escalada se vuelve mucho más peñonera, atlética y desplomada. Menos mal que también hay más seguros fijos (todos). En el último largo de dificultad encontraremos algún paso obligado particularmente picante y que te pone en tu sitio.
Realizo el último largo, monto role en la cima y de golpe…. Flipo de todos los colores….UN GATO.
Imagino que se habrá escapado de alguna cas de abajo y se ha pegado una excursión hasta aquí arriba a ver si pilla algo, pero al cabo de un rato aparece el resto de la familia, mamá gatita y el microgato resultante.
Ya no entiendo nada.
Durante la bajada encontramos a unos chicos de Valencia, conocidos, que también han escalado hoy en el Peñón. Nos vamos a tomar una cervecita y nos cuentan que hay una colonia de gatos en la cima, resultado de que a algún lumbreras del parque se le ocurrió dejarlos ahí arriba porque la población de gaviotas es demasiado elevada y a ver si así se iba equilibrando un poco el ecosistema. Si es que tenemos un personal que no nos lo merecemos.
A mi el gato me robó el bocadillo de lomo!!!
ResponderEliminarDespués de hacer el diedro Ubsa.