Inflados (de brazos y de moral) por la Patas, encarrilamos hacia el nuevo objetivo. Propongo la Silvia y cuela.
En esta si que me había fijado porque tiene un par de puntos que la diferencia del resto: es la ruta más larga de la pared, llegando a los 200 m. En el segundo largo se ve un diedro-fisura con una pinta tremenda.
En lugar de escalar el inicio por la vía original, lo hacemos de forma directa, quitándole algún metro y subiéndole algún grado. Poca cosa en conjunto.
El segundo largo es una obra de arte, un monumento a la continuidad en fisura. Inicio desplomado, continuación fácil y posterior vuelta a las dificultades sostenidas con cerrojos variados y pocos pies. Casi, casi, acabo pillando en la penúltima chapa con la pila fundida, cachis.
Tercer largo con algún aleje interesante, sobre roca a controlar con cariño y con sus tramos bien atléticos. Este si que sale, apretando lo suyo.
El cuarto es otro pequeño punto y aparte. En todas las reseñas pone V+, no lo entiendo. A ambos nos parece un buen 6a+, con dos pasos difíciles en placa y bastante obligados. Los seguros también alejan.
El último si que es V+ de verdad, sin mucho problema. Bajamos en rapel por la derecha pero no merece la pena el lío, casi mejor hacerlo por la misma vía.
Otra maravilla de Redován.
Originalmente A3 y reequipada para libre por sus aperturistas.
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