Esta vez voy con
Santi, siempre optimista y viendo buenas líneas, a veces imperceptibles desde
abajo para otros ojos. El tiene una capacidad extra para visionar como fácil o
factible lo que nosotros ni vemos o lo vemos inhumano.
Habíamos intuido
un sistema de fisuras a la izquierda de las vías anteriores y allí fuimos. Una
vez bajo la pared, el sistema se adivinaba mucho más seguido de lo que record ábamos, así que no lo
dudamos ni un momento.
Salió una vía
redonda, siempre en fisura casi o vertical y de buen proteger. 6 largos con
dificultades entre 6a y 6c. Cosas del destino, y juro que no fue premeditado, a
Santi le tocaron los largos difíciles. Que casualidad.
No colocamos ni
una sola expansión de progresión, y únicamente chapas cada dos reuniones y
coincidiendo con los rápeles.
Un homenaje a
nuestros picnics, aperitivos y complementos alimenticios, del que trajimos un
petate entero.
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