Tras el medio
fiasco del Moai había que explorar nuevas paredes a ver si encontrábamos
mejores líneas. Durante la excursión del primer día para ver posibilidades yo
ya me quedé con esta gran pared en la que podíamos hacer muchas vías
aparentemente. Así que fuimos a verlo in situ.
La pared ofrecía
un montón de buenas posibilidades fisuradas, en cambio las placas solían ser
muy lisas y patinosas. Por otro lado su orientación Este nos brindaba un
magnífico sol por la mañana. A medio día entraba el aire y también la sombra.
Resultado una bajada de temperaturas espectacular y un frío insoportable (con
el paso de los días estas irían subiendo, pero aún se mantenía cierto
“fresquillo”).
El método se
impuso para los próximos días: recorrer buenos sistemas de fisuras y a medio día
rapelar, esto sol ía coincidir con el final de las fisuras
que se difuminaban en un mar de placas mucho mas trabajoso y con la llegada del
frío, perfecto.
Comenzamos por
esta mismo, un gran y atractivo diedro con fisura intermitente daba paso a una
zona algo indefinida y unas plaquitas tumbadas que nos colocaban directamente
bajo la gran laja-bavaresa de la parte final. Esta era el verdadero motivo de
la ascensión y no nos defraudó en absoluto. Una escalada entusiasmante que
Ferran abrió con gran maestría y sin colgarse en ningún momento. 6b+ peleón, a
cierta altura y colocando todos los seguros. Bien.
Bajamos entusiasmados
y llenos de planes para el futuro.
Co Edu Español y
Ferran Rodríguez.
Las últimas
fotos corresponden a una repetición por parte de Anna e Iker.
No hay comentarios:
Publicar un comentario