Esta vía la abrieron
Edu, Anna y Oriol y yo ya le había dado un vistazo también.
Era un objetivo
apetecible que recorría un estilizado espolón, fisurado en toda su longitud.
El equipamiento
se limitaba a algún bloque en alguna reunión para lazar y nada más. Por otro
lado se podía proteger excelentemente por la cantidad y calidad de las fisuras
existentes. La dificultad se mantenía en el 6a/6b con un paso simbólico (y
difícil) de 6c. La pare superior disminuía sensiblemente a IV y III con el
objetivo de llegar a su bonita cima.
En cuanto Iker
comentó de ir a repetirla, se apuntó también Edu y, de inmediato, yo.
La vía comienza
con un par de largos un poco así, un tercero con la primera mitad incluso
descompuesta (el único tramo roto que haríamos en toda la salida) Pero a mitad
de largo ya se pone bien vertical y la roca pasa de mediocre a excelente.
Después ya es
seguir el filo por una sucesión de magníficas fisuras dónde recordar todas las
técnicas de empotramiento.
En un momento
dado se llega a una buena plataforma con un gran muro totalmente liso sobre
nosotros, deberemos hacer una travesía a la izquierda para descubrir las
providenciales fisuras de salida.
Una larga
excursión-trepada nos deja en la cima. Nubes amenazantes y rápido rápel para
salir de esta punta aislada. Después ya disipan los malos augurios y
disfrutamos de la satisfacción de haber gozado de lo lindo exprimiendo otro
buen día de vacaciones.
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