Corta escapada
al lejano Ariege, con Lorenzo y Antonio. Como están fuertes y no les asustan
las largas aproximaciones, les engaño para ir al Pic Rouge de Bellcaire.
El primer día
nos quedaremos en un contrafuerte situado una hora más abajo de la cima
principal, ya está bien.
El Eperon Bach
pasa por ser una de las clásicas de la zona.
Comenzamos mal,
no cogemos el camino correcto y nos toca rectificar por una zona especialmente
matojera e ingrata. Una hora más de regalo.
Tras tres horas
y pico llegamos a la base, cansados. La aproximación es larga y muy empinada.
La vía es muy
buena en su primera parte, continuación de fisuras con algún paso obligado que
le da cierto color. Pero la segunda desmerece más puesto que la dificultad disminuye
drásticamente, así como su interés.
Buen ambiente
que recuerda las fotos de la lejana Escocia, por la cantidad de verdura que hay
por todas partes y la inmensidad de los valles. La Pica d’Estatts la tenemos
como mudo testigo en todo momento, frente a nosotros.
Bajamos y
escondemos el material para el día siguiente.
Largo descenso
en busca de la calidez de los sacos.
Al final me he
deshidratado mas de la cuenta, y mira que he bebido mis tres litros de agua
diarios.
En las bajadas
voy aún más despacio y esta vez, además me comienzan a doler las rodillas.
Acabo a paso de tortuga por el dolor.
Estoy bien
fundido, no veo claro lo del día siguiente. Una rampa en la furgo acaba de
dejarme a caldo esa noche.
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