Dormimos cerca
del aparcamiento para ir a Peña Blanca y quedamos con Toño a las 7 de la
mañana. No me doy cuenta y toco un botón que cambia AM a PM. Evidente cuando
llega Toño a las 7 puntual, nosotros estamos como troncos.
Rápidamente nos
levantamos y desayunamos.
Emprendemos las
2,30 h de aproximación rumbo a la nueva vía de la Peña Blanca: Mobby Dyck.
Tras un par de
vueltas y una trepada para localizar la primera chapa, la encontramos.
Nos repartimos
la vía y subimos fluidamente por esta larga y monótona pared.
Relajada y
relajante escalada, aunque creo que un punto más expo que sus vecinas. De todas
formas su escasa dificultad nos da una cierta tranquilidad.
Como siempre la
cima nos recibe con sus espectaculares vistas. El piloto de un ultraligero nos
saluda y comenzamos la bajada.
Alguien ha
hablado algo sobre unas costillas de cordero y durante un montón de horas no
podemos pensar en otra cosa que no sea eso.
De cabeza a por
ellas.
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