La primera vez que visité las paredes de Àger fue desde la pista, fuimos a echarles un vistazo furtivo, a ver que se veía. Y lo que vimos nos dejó atónitos: metros y metros de roca excelente, bastante cerca del coche y ni una sola vía abierta. Al menos conocida, luego descubrimos que aunque poco, algo había.
Al cabo de un tiempo se publicó en Vèrtex la reseña de la Tope Clasic recién abierta, en realidad ya tenía un par o tres años. Al cabo de poco tiempo de su publicación nos acercamos a la pared con objetivo de escalarla. Flipé al comenzar a ver líneas de chapas que subían paralelas y todas con buena pinta. Alguna otra flecha terminaba de liar el asunto. Si, en teoría solo había una.
Entonces venía el problema: ¿cuál es la nuestra?. Tampoco fue excesivamente difícil puesto que buscamos la que empezaba con IV. Para suerte nuestra sólo era una. Un poco mosqueados por si habíamos escogido bien, subimos y acertamos.
Marcaba bastante artificial, lo hicimos casi todo en libre, salvo el desplome grande. Tampoco sabíamos como estaba de equipada, pero comprobamos que bastante generosamente cuando pasaba de V. Fue una buena vía y disfrutamos de lo lindo.
Con el paso de los años, Marcos e Isidre reequiparon alguna vía de la pared y entre ellas esta. Además de abrir una variante de salida que evitaba el artificial. Era un bien motivo para volver, así que hace poco la repetimos con César y Òscar. Disfrutamos de lo lindo y nos pareció una de las mejores líneas de la pared, prácticamente toda en placa y casi equipada. Roca excelente y un largo por encima de la feixa totalmente inolvidable.
Buen trabajo de reequipamiento que resitúa muchos de los seguros sin obligar demasiado pero haciéndote escalar un pelín más que antes.
De aquellas que puedes repetir una y otra vez.
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