Los sectores deportivos de Cavallers tienen la enorme suerte de poseer cada uno sus propias características, de ser un poco diferentes unos de otros; en ocasiones muy diferentes.
La Plaka Tuka es un caso flagrante. No hay otra igual en todo el valle. Se trata de un muro de unos 20 metros de altura por 40 o 50 de largo, totalmente vertical y recorrido por abundantes franjas planas, que constituyen los agarres. A veces parece más que estemos en el Montsec que en el Pirineo. La escalada, aunque bastante repetitiva es original y diferente y te pone las pilas en su sitio.
El nombre está dedicado a la perra del primer equipador que la visitó. Las primeras vías fueron montadas para la realización de unas pruebas de acceso para futuros instructores de la EEAM. Más tarde se fueron añadiendo todas las demás. Y como última novedad aparecieron un par en la zona central, justo dónde un monolito forma un pasillo con la pared principal, que llenaban el hueco existente (la roca era más sucia, ya no). Se trata de dos buenos 6b y que según por dónde entremos o salgamos pueden pasar a 6a o 6c.
Sector bastante frecuentado en pleno verano (fines de semana de julio y todo agosto) pero, como el resto de paredes de Cavallers, vacía el resto del año.
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