Sólo la aproximación ya pintaba bien: unos 30’ gran parte de ellos por dentro del río, dónde el agua te puede llegar hasta la cintura.
Forma curiosa y nada habitual de llegar a la base de una pared. Contar con ropa seca y calzado de repuesto en el coche. A parte de esto, llevar un buen calzado para no resbalar en el río y mojar todo el material, mejor dejar aparatos electrónicos, carteras y pasta en el coche, no fuera a ser que resbalásemos.
La vía es una maravilla, en un ambiente barranquero y con la omnipresente presencia del chorro de agua (La veu del riu, supongo); asciende por un sistema de placas, entre matojos, pero bien. Desde la feixa central, se desplaza a la izquierda para continuar siempre a la derecha de un marcado espolón. Primero por unas placas de gota de agua y después por unos diedros de ensueño. Esta última parte es lo mejor del itinerario, una disfrutada continua. En el último largo se conoce que se les acabaron las baterías y los clavos y tenemos un interesante factor 2, atención. Con un pitón plano, se solventaría la extraña situación. A este primer sustillo le sigue un diedro no muy chungo, pero bastante bonito aunque en diagonal… Luego hay que bajar y aquí viene lo rarillo. Si no queréis tener excesivos problemas, ir pasando la cuerda por algún seguro: primero por algún friend y después por la sabina y el clavo.
Una instalación en la vertical de la última role o un sistema de rápeles en línea recta por la placa, solventaría el problema. Aunque también le da un toque de color.
Después vuelta al agua patos.
Como nota negativa durante todo el día van cayendo piedras de diverso tamaño por esta pared y, sobre todo, la de enfrente.
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