Ya habiendo h
echo el motivo principal del viaje, el resto era de más a más. Lo que pasa es que hubo bastante resto.
Para el día siguiente elegimos otra vía larga y equipada, de las últimas abiertas en Montanejos y que ya se ha convertido en una clásica del Barranco de la Maimona. Nos pareció una opción muy buena, con algunas diferencias de apreciación respecto a los grados, pero cuestión de un plus más o menos. El último largo genial, muy contínuo y que te deja los pies hechos trizas. Aunque yo este lo hubiera colocado más a la izquierda, en plena placa, ya que va de capas la cosa.
Pasamos bastante calor, aunque soportable; una vez arriba, de cabeza a las termales. A estas sólo les queda el nombre, porque el agua está más fría que en la playa. Hay una presa arficial para que la piscina sea más grande, pero dónde sale el agua caliente está bastante más adentro el barranco, total que en lo que es la piscinita no está tan caliente. Otra cosa es el invento de hacer arriba un aparcamiento y cobrar, hecho totalmente repelente y rastrero aquí y en casi todos los lugares (según mi opinión). Total que hay que hacer lo posible por no pagar por la cara. El otro año aparqué un poco más arriba en un entrante de la carretera, pero ya me quedé con la copla para este año.
El truco está en aparcar bajo el puente situado justo a la salida del pueblo y ante el refugio (zona de picnic) de aquí hay un camino asfaltado e iluminado (para los abuelos) que en unos 5’ llanos, te deja en las termales. De hecho es mejor, porque si lo dejas en la carretera luego el regreso es de subida, y desde aquí es totalmente
planico.
Así pués ya tenéis un buen truco para escaquear las lamentables normas municipales. En la cena nos hechamos un oscuro amigo que nos acompañó toda la semana, al final hasta se metía en la furgo, el tío.
Ba, que no estaba tan fria..jejeje y no cuentas el "striptis" que le hicimos a la aguelita en las termales??
ResponderEliminarTampoco hay que contarlo todo.
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