EL DUMBO

El Dumbo es una roca que, depende de dónde la mires, recuerda a un elefantito, su nombre siempre me ha parecido gracioso. Tan graciosa como el nombre la pared Este se alza de manera majestuosa y vertical, surcada por unas uniformes y continuas canaletas. Todas ellas están abiertas, pero diría que no sucede lo mismo con los espolones que las separan. Previa limpieza de las cuatro piedras tontas, la roca es muy buena en general, con algún agujero entre bolillos y panzas difíciles que amenizarán el largo, quizás incluso demasiado.
-Aresta Brucs: típico recorrido de la zona, con excelente roca y algún alarguito taquicárdico.
-Esperó del Nuvols: no está mal, interesante en conjunto y siguiendo la tónica de exposición del itinerario anterior. Es una de aquellas vías que no olvidaré en la vida. Ese finde había quedado con el Niño para ir a Santaceci. Cogimos el tren y dedo. Tardaron bastante en pararnos y, para colmo nos dejaron en el cruce del monas, con el posterior pateo por la carretera hasta el refu de Santa Cecilia. Era tarde, estaba cerrado y cambiamos de plan. En Agulles estaba el resto de la banda y, ante la perspectiva de una noche con poca marcha, nos fuimos para allá. Dedo de nuevo y subimos hacia la perla blanca. La peña estaba dispersa, escalando por diferentes agujas, pillamos el libro de reseñas y rápidamente nos decantamos por una vía abierta hacía unos días. Opción de segunda ascensión, a por ella. Empezamos la vía a las 7 de la tarde, menos mal que era verano y el día era largo. La vía transcurrió con medio normalidad, un poquito de expocanguelo, pero no demasiado para lo que había por ahí. Total, que llegamos a la cima a las 10 de la noche, negra noche por cierto. “Niño, tu sabes como se baja de aquí” (era la primera vez que subíamos al Dumbo) “ni idea”, “Way, yo tampoco”. Aún no se como, pero conseguimos bajarnos de allí sin rapelar y llegar al camino de la Canal Ampla. Para no salirnos de el, nos cogimos de la mano y cada uno palpaba los matojos de banda y banda. A las 12 de la noche (normalmente se llegaría al ref. en +-15’ o 20’) comenzamos a oír voces que nos llamaban. Como nadie tenía idea de dónde estábamos, los diferentes grupos de rescate (los amigos del ref., entonces no había GRM) se dividieron por varias canales a pegar gritos. Que alegría que nos dieron.
Aprendimos la lección: antes de subir entérate como se baja y si es tarde lleva frontal.
-Edelweis: línea sumamente atractiva e interesante, pero había algo raro, recuerdo que nos bajamos y nos fuimos a la Brucs.
-Agradable sobremesa con una Japonesa: la equipamos un nutrido grupo y la verdad es que nos lo pasamos bomba. Como éramos tantos, instalamos cuerdas y nos repartimos la vía en tramos. Recuerdo que un elemento (del que no diré el nombre) le tocó una sección que no salía muy extrema, la equipó, la probó y cogió el martillo para romper presas y que fuera lo más chungo. Inmediatamente todos le dimos una bulla apabullante, aunque tampoco nos extrañó su planteamiento, dado el carácter retorcido del individuo. Al día siguiente fuimos unos cuantos (no todos) a escalarla, bueno intentar escalarla. Mc. Key tubo el honor de iniciar el primer largo, subió hasta llegar al tramo clave, desplomado. Chauuum, vuelo. “Tranky, descanso y le meto que ya he visto la presa”. Chauuuuum, otro vuelo y otro más. Aproximadamente al cuarto intento lo consigue y todos damos palmas y saltos de alegría, si no hubiera tocado meter otro buril y marcar A1, no era lo suyo. Pusimos 6c, por poner algo. Ahora pone 7a, seguro que si.
Bajamos al refu y se lo dijimos al Antonio, este nos aleccionaba de que sólo abriéramos por abajo, siempre le decíamos que si. Hasta que, más que nada por llevar la contraria, le dijimos que no. No se lo tomó mal, así que, las siguientes vías las abrimos por abajo.
Un día alguien me llamó con la intención de meterle parabolts, perfecto. Imagino que ahora estará en mejores condiciones.
También se han ido abriendo nuevas vías del estilo en esta pared, con equipamientos más modernos que nuestros burilillos.
-Closa-Aznar: recorre la marcada arista norte. Sin clavar, te jugabas bastante el pescuezo hasta llegar al primer buril, después era una ristra de cuidado, sin más problemas y con una línea atractiva.