Aunque ahora hace años que no la hago, le tengo un cariño especial a este itinerario que habré recorrido 5 o 6 veces. Fue la primera vía que se aventuró por los compactos muros del Sant Cugat, tirando por los suelos la creencia popular y su fama de mala roca y terreno excesivamente matojero. La idea al abrir este itinerario era coger el mayor número posible de placas, por lo más limpio y por lo más tieso. Estas resultaron repletas de regletas y franjas profundas, ofreciendo una escalada entusiasmante, mucho mejor de lo que esperábamos. Únicamente fastidiaba un poco el musgo que poblada la mayoría de regletas, pero tras una breve limpieza y algunas repeticiones, quedaban impolutas. Tras una semana de esfuerzos, Toni, Ciscu y menda rematamos la primera vía plaquera (tipo Terradets) del Sant Cugat, únicamente nunca me acabaron de convencer los dos últimos largos de salida, quizás recto hubiera quedado más estético y sostenido, quizás no. El caso es que cuando realizamos la primera ascensión integral, estos dos largos aún no estaban abiertos, habíamos quitado las cuerdas fijas y no llevábamos ni espitador, ni taladro, únicamente un par de clavos por si las moscas y a salir por lo más evidente.
Vía semiequipada con parabolillos del 8 (de la señorita Pepis), spits y algún clavo).
Algunas pinceladas-recuerdos de largos y hechos concretos:
-Ciscu nos sorprendió por su desparpajo, al aventurarse toreramente por algunas placas con final incierto. Acabamos imitándole y la cosa salió bastante bien.
-En el cuarto largo, pasado el tramo difícil de salida de la role, comencé a subir por una placa, no muy difícil (V), pero bastante tiesa. Llevaba algún clavo y el espitador, pero no me podía parar y soltarme de ambas manos, así que fui para arriba en busca de la repisilla salvadora. Esta tardó bastante en aparecer y pude colocar un tornillico. Pasé bastante miedo, concentrándome en no mirar abajo bajo ningún concepto. Una vez colocado, me descolgué y puse otro a mitad del recorrido, en previsión de no volver a pasar por el trance. Todas las veces que lo he repetido me parece que quedaron las chapas bastante alejadas, pero me reconforta que en la primera, aún estaban bastante más p’allá.
-La rebuscada aguja del L8 nos sorprendió por la calidad de su roca y la generosidad del canto.
-El muro marrón de arriba dispara la dificultad, con respecto al resto de la vía, pero era la forma más digna de salir, a la vista de lo que nos rodeaba. Aún así quedaron dos largos absolutamente magníficos, con regletas perfectas y con los seguros bastante más cerca que en los otros, lo que le transmitía una mayor homogeneidad al itinerario.
-La terminamos el día que me cambié mi vida definitivamente, para venir a vivir aquí por siempre más. Desde la R11 rapelamos, quitando todas las cuerdas fijas, bajamos cargados como burros y, al llegar al coche negra noche ya, corría un viento helado. Unido a la sudada que llevábamos encima, se desencadenó la lógica reacción y pillé una gripe de camello. Una semana en cama. Bueno, en cama no porque aún no tenía, en un colchón tirado en el suelo. El médico flipó, sobre todo con el charco de sudor que se extendía por el suelo al, se conoce que, no evaporarse correctamente.
-Para la primera integral organizamos una especie de festivalillo, bastante habitual por aquel entonces, e invitamos a un montón de amigos todos p’arriba. Entre ellos Donndemetrinco y Emilio. Aún no conocíamos la bajada normal por el lado contrario, pero creíamos que no entrañaría excesivas complicaciones y no las entrañaba, no. Pero Emilio, para quitar peso, llevaba unas zapatillas de gimnasia para el acceso y la bajada. En la subida medio bien. Al llegar arriba, destrepamos la breve cresta y el pradito, nos asomamos y vemos la super pedrera inmunda que nos quedaba hasta la carretera. Todos miramos a Emilio, “vas a flipar, tío”. “Bueno, ir tirando que ya llegaré” dijo el. Tardó bastante más que nosotros, las zapatillas destrozadas fueron directamente al contenedor de basura de Sopeira. Unas birras le hicieron olvidar el dolor de pies.
Adjunto cutridiapos escaneadas (Toni durante la apertura, Javi Sáez, moi y Dani Ascaso durante una repetición), una foto con la vía y otra de detalle de la preciosa placa inferior.
Los nombres de las vías a veces dicen algo, a veces no. Unas van relacionados con algún hecho ocurrido durante la apertura, la mayoría solamente es un nombre que gusta a todos o aparecido por sorteo. En este caso la unanimidad fue aplastante. Los tres estábamos en paro y nos dedicábamos bastante a nuestras labores, escalar. Esta vez nos pasamos una semana en los andamiajes verticales, entretanto alguien tenía que trabajar…
Vía semiequipada con parabolillos del 8 (de la señorita Pepis), spits y algún clavo).
Algunas pinceladas-recuerdos de largos y hechos concretos:
-Ciscu nos sorprendió por su desparpajo, al aventurarse toreramente por algunas placas con final incierto. Acabamos imitándole y la cosa salió bastante bien.
-En el cuarto largo, pasado el tramo difícil de salida de la role, comencé a subir por una placa, no muy difícil (V), pero bastante tiesa. Llevaba algún clavo y el espitador, pero no me podía parar y soltarme de ambas manos, así que fui para arriba en busca de la repisilla salvadora. Esta tardó bastante en aparecer y pude colocar un tornillico. Pasé bastante miedo, concentrándome en no mirar abajo bajo ningún concepto. Una vez colocado, me descolgué y puse otro a mitad del recorrido, en previsión de no volver a pasar por el trance. Todas las veces que lo he repetido me parece que quedaron las chapas bastante alejadas, pero me reconforta que en la primera, aún estaban bastante más p’allá.
-La rebuscada aguja del L8 nos sorprendió por la calidad de su roca y la generosidad del canto.
-El muro marrón de arriba dispara la dificultad, con respecto al resto de la vía, pero era la forma más digna de salir, a la vista de lo que nos rodeaba. Aún así quedaron dos largos absolutamente magníficos, con regletas perfectas y con los seguros bastante más cerca que en los otros, lo que le transmitía una mayor homogeneidad al itinerario.
-La terminamos el día que me cambié mi vida definitivamente, para venir a vivir aquí por siempre más. Desde la R11 rapelamos, quitando todas las cuerdas fijas, bajamos cargados como burros y, al llegar al coche negra noche ya, corría un viento helado. Unido a la sudada que llevábamos encima, se desencadenó la lógica reacción y pillé una gripe de camello. Una semana en cama. Bueno, en cama no porque aún no tenía, en un colchón tirado en el suelo. El médico flipó, sobre todo con el charco de sudor que se extendía por el suelo al, se conoce que, no evaporarse correctamente.
-Para la primera integral organizamos una especie de festivalillo, bastante habitual por aquel entonces, e invitamos a un montón de amigos todos p’arriba. Entre ellos Donndemetrinco y Emilio. Aún no conocíamos la bajada normal por el lado contrario, pero creíamos que no entrañaría excesivas complicaciones y no las entrañaba, no. Pero Emilio, para quitar peso, llevaba unas zapatillas de gimnasia para el acceso y la bajada. En la subida medio bien. Al llegar arriba, destrepamos la breve cresta y el pradito, nos asomamos y vemos la super pedrera inmunda que nos quedaba hasta la carretera. Todos miramos a Emilio, “vas a flipar, tío”. “Bueno, ir tirando que ya llegaré” dijo el. Tardó bastante más que nosotros, las zapatillas destrozadas fueron directamente al contenedor de basura de Sopeira. Unas birras le hicieron olvidar el dolor de pies.
Adjunto cutridiapos escaneadas (Toni durante la apertura, Javi Sáez, moi y Dani Ascaso durante una repetición), una foto con la vía y otra de detalle de la preciosa placa inferior.
Los nombres de las vías a veces dicen algo, a veces no. Unas van relacionados con algún hecho ocurrido durante la apertura, la mayoría solamente es un nombre que gusta a todos o aparecido por sorteo. En este caso la unanimidad fue aplastante. Los tres estábamos en paro y nos dedicábamos bastante a nuestras labores, escalar. Esta vez nos pasamos una semana en los andamiajes verticales, entretanto alguien tenía que trabajar…
hahaha...que bo LUICHY...ja havies conegut a la AUTOESTOPISTA de tu corasón o encara no? UN febrada SOL en un matalàs, al terra tirat, en un poble NOU..ha de ser SURREALISTA bow!
ResponderEliminarSaludus!
SI A TODO
ResponderEliminarNosaltres vam flipar una mica amb l'aleje del 3r llarg (potser era el 2n o el 4rt) i vam tirar avall. O el colega no tenia el dia o hi havia una bona excursió fins el següent seguro, i el terreny no era fàcil del tot. Al final vam acabar a la Jarabe de Palo.
ResponderEliminarEn la parte de abajo, dónde más alejan los seguros, te encuentras a mitad de camino franjas horizontales muy buenas (y no visibles desde abajo) dónde entran friends a cañón.
ResponderEliminarDoncs hi haurem de tornar, sabent això la cosa canvia...
ResponderEliminarRecuerdo aquel dia. Guapa vía!!
ResponderEliminarEs una lástima, nunca la he repetido, ni lo haré.
En el largo ese que dices que alarga, me acuerdo del Emilio mascullando por lo bajini que tú y el Toni erais unos putos cobardes. Para desmostrar sus palabras hizo el largo sin poner seguros -ninguno, cero- y es que el tío era genio y figura.
Lo de las zapatillas no me acordaba pero está en su línea. Venía también con nos un amiguete austriaco, Thomas Dirnbock. Este si que flipó con el largo a pelo de El Africano.
Ya he visto a más gente hacerlo sin meter nada. Y a otro que se fué al Hospital a que le escayolaran la pierna del guantazo que se metió. No es broma, coincidí con el en su segunda tentativa, esta vez metió friends y le fué mejor.
ResponderEliminarLos caracoles la hicimos este Domingo. He leído la historia y ahora aún me gusta más la vía. Requiere mas cabeza que las otras vías largas y modernas d ela pared. Los alejes del tercer largo son serios. Y los dos ultimos dificiles también aprietan en grado obligado y una zona para mi expo.
ResponderEliminarEnhorabuena por el trabajo y que cumplas muchas más para que luego te podamos intentar seguir