Casi siempre que
aparece Rogelio le engaño para abrir alguna cosa y, ese año, le tocaba el turno
a esta pared.
A la izquierda
de Feroç se adivinaba una línea interesante que comenzaba por una serie de
placas y acababa en un gran diedro cerrado por desplomes. Atrayente, aunque la
parte final guardaba algunos misterios.
Las placas de
abajo van saliendo, un largo difícil para comenzar (6b) y otro más sencillo
(V+), pero con solo una chapa al inicio.
Llegados al gran
diedro, la mejor opción parece desviarse hacia la izquierda en busca del
espolón desplomado a ver que tal.
Una tirada
curiosa en diagonal (6a+) nos deja en el mismo filo, aquí montamos una reunión
muy estética y con ambiente. La salida se solventa con un paso de artificial o
6c y continuación emocionante (cuando la abres, ahora ya no) de 6a.
El primer rapel
es impresionante y bastante curioso, justo por el medio del extraplomo, los
otros ya son más suaves.
Todo el día
hemos sido martirizados por un viento sin piedad que mandaba las cuerdas a
tomar por saco cuando las recuperábamos en los rápeles. Ha dificultado la
comunicación y hecho desagradables, tramos bonitos; pero para burros nosotros,
hemos acabado la vía.
El nombre estaba
claro que tenía que estar relacionado con ello y quien mejor que Bob Dylan para
dejarnos prestado uno.
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