La Falconera es
la madre de todas las vías en el Penyasegat. Ultraclásica de toda la vida y con
una merecida calidad.
Hace muchos años
escalamos la variante Átomo 4 y ya los anclajes nos dieron bastante miedo. Hoy
en día tenemos bastante seguridad extra gracias a los anclajes inox que se
colocaron en su día (aunque en vista de cómo han ido saltando los últimos años,
ojo).
El itinerario
surca inteligentemente esta parte de la pared en busca de la mejor y más bonita
salida.
El L1 es muy
desagradable escalarlo en libre, por la cantidad de salitre y tierra que
encontramos, luego la cosa mejora sensiblemente.
En el último
largo Petr salió directo por la excelente placa del Somni d’un Timit,
jugándoselo todo con esos buriles podridos y venidos a menos.
Desde un doble
buril, de forma directa es un buen 6b+concentrado (es como lo hizo el). Un poco
más a la derecha es un buen 6a (es como lo hice yo).
En todo caso no
aguantarían una caída, seguro.
La vía se inicia
en un lugar irreal y mágico, ya lo descubriréis.
Otra cosa es la
aproximación, sumamente peligrosa por tener que adentrarse en la vía del tren y
asegurarse rápidamente ala instalación de rapel para que si pasa uno
(y pasan con
frecuencia) no nos lance al exterior.
Desde la vía me
fijé en las posibilidades de acceder al punto de inicio atravesando desde la última
vía deportiva del Pas de la Mala Dona (Ones Emotives). Así que a los pocos días
fuimos con Porta para investigar e intentar abrir una travesía por aquí.
Resultó que ya
estaba abierta y que tenía spits. Los reforzamos por parabolts inox (de esto
hace ya unos pocos años) luego se ha descubierto que no son ni mucho menos la
mejor solución para estos terrenos tan cerca del mar.
En todo caso
debería considerarse un requipamiento provisional a la espera de otro
definitivo. La travesía resultó bastante más sencilla de lo esperado, 2 largos
de IV+.
Y la suma una
bonita aventura de 200 metros sobre el mar.
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