Quedo con Josiño para hacer una cura de parabolts y escalar alguna vía sin chapas. Peña Telera: ¿Ein? Pero si eso se cae todo a cachos. Pues si, pero parece ser que en algún sitio hay algo que aún se aguanta. El Espolón de los Navarros, será nuestro objetivo, clásica de la Peña y dónde cada cordada sale con su propia opinión, desde guapa vía, hasta pedrera vertical.
La vida a veces te va enviando señales, señales que te indicarán si debes hacer algo o no o tu mismo, es el destino. Otra cosica es que sepamos interpretarlas. Burros de nosotros.
De entrada el entorno es realmente bonito y espectacular: con sus prados, su lago, sus vacas, sus pedreras y sus paredes. Buf, pero que mala pinta que hacen esas paredes. La vía sigue un filo realmente estético y definido (una vez dentro ya no lo es tanto).
Llegados al pie de vía, una rebufada de viento se lleva las reseñas a tomar por saco y se quedan en una repisa en medio de la zona inferior de la pared (que no se escala). Josiño se baja una con el móvil, pero la buena era otra que llevaba yo, que era la misma pero con ciertos apuntes qque te salvan del desastre.
Primer largo: unos clavos para espanchurrarse bien y una bonita fisura nos adentran en el espolón. De entrada no está tan mal como parecía. Otro largo más fácil nos anima, aunque arriba el panorama no es muy alentador. Ahora la cosa cambia, el terreno se vuelve mucho más indefinido y la roca peor. Me levanto de la reunión y pitin-pitin-piton. La zapatilla se ha soltado y a tomar por saco canal abajo. Mal rollo, 60ypico euros en el B’s de Huesca y usada sólo un par de semanas al garete.
Bueno, luego la buscaremos. Seguimos. Continúo el L4. Salida atlética por bloques desplomados y chimenea super-evidente a la dere. Pues no, la reseña dice que por el diedro de la izquierda. Será por ahí. Tiro, subo unos metros y me encuentro un clavo, guai, voy bien. Sigo y la cosa se empieza a poner tensa: dos mini-micro fisuras y una salida muy rara a repisa llena de bloques sueltos. Josiño me sugiere que siga más a la izquierda y le hago caso. Llego a una repisita dónde puedo asegurar que por ahí no ha pasado nadie, o casi. Después de mirar mil opciones me doy cuenta de que la cagaste burtlancaster. Dejo un fisurero con mosq para que me asegure el destrepe con una cuerda. Llego a los dos micro-micros y vuelvo a intentar recto, nanai y además lo que viene después no vaticina nada bueno. Decido bajar, me mosqueo mucho y me rallo totalmente. Le propongo a Josiño abandonar, me sabe muy mal, pero bajamos.
De una de las roles saco un clavo con la mano. El descenso me ha costado: 6 fisureros, 8 mosquetones y 4 cintas de dyneema de las largas. Las guais, ese día dejé los cordinos viejos en casa. Un chollo y regalillos para la siguiente cordada.
Llegados a pie de vía el viento a empujado las reseñas a al pedrera y las recuperamos. En la buena (con las notas añadidas), ponía un NO bien gordo, en dónde me he metido, era por la chimenea evidente, me está bien empleado por tonto.
De todas maneras, una cosa si que se: no volveré.
Bajo toda la pedrera, hasta la mochila con una bamba y un gato. Además para redondear la jugada llevo los únicos que me aprietan, agonía. Mientras. Josiño ha ido a la canal por si encuentra la zapatilla. Negativo.
Se le ocurre dejarme uno de sus gatos, que son 3 números más grande que el mío, gran idea. Aún así llego abajo con el pie a caldo.
Yo la hice hace 3 años y recuerdo una muy buena via...El segundo y tercer largo desaniman pero lo bueno está arriba. Algún dia dale otra oportunidad. Un Saludo Jor
ResponderEliminarVaya día más calamitoso y vaya botín para la siguiente cordada!
ResponderEliminarCoincido con el anterior comentario, el año que viene dale una nueva oportunidad.
Chavi