Esta, como tantas otras, la tenía bien clichada desde hacía algún tiempo.
El macizo del Billare es el motivo, por lo menos más gordo, de escalada de todo el Valle de Aspe. La roca a veces no acompaña, a veces si. La longitud de los itinerarios y sus largos descensos echan para atrás a más de uno. Y para colmo, estas paredes siempre han estado eclipsadas por sus famosas vecinas las Agujas de Ansabere. La falta de reseñas con un mínimo de detalle tampoco invitan mucho a meterse en según que berenjenales, aunque a alguno si que lo haga. Total, que entr4e pitos y flautas, esta es la vía que elegí para subir tan magnífica montaña.
Miquel está muy motivado, tanto que viene solamente para esta vía y regresa, al final también se apunta rubita.
La vía empieza por el principio, que no es la vía, que es la aproximación. No es que sea larga, que lo es. Lo que si que es lo peor de todo es el miedo que da ese terreno. No se si es que nos liamos algo, que también puede ser aunque creo que no, o que yo soy así de cobardica, porque a mis compas no les costó nada y llegaron bastante antes que yo al pie de vía. A mi este tipo de terrenos me gustan menos que lo mínimo. Bien cargado, con las bambas, mala roca, tramos de III no con patio, con muucho patio. Mejor no mires para abajo, tómatelo con calma y poc a poc.
Al final siempre llegas, uf. Ha sido lo peor, después de esto, la vía ya es un camino de rosas. Incluso los tramos tiesos y muy descompuestos del final, se me antojan mejor que esto (al menos llevas cuerda y puedes poner seguros). Cuando llego al pie de vía lo tengo claro: si por lo que sea tuviéramos que bajar por el mismo sitio, ya podéis llamar al helicóptero, además lloviendo y cayendo piedras por la canal ya debe ser la bomba (que diría King África).
Al cabo de un rato pasan, exactamente por el mismo punto, una familia de sarrios con una pasmosa facilidad y en 4 brincos desaparecen. Copón, que vida esta.
La vía tiene dos versiones, la original que va serpenteando a derecha e izquierda de la arista, enlazando diedros y chimeneas y la directa, que ataca casi por el centro todos los resaltes que se encuentra. Escogemos la segunda versión que aunque un poco más entretenida, resulta bastante más interesante y estética.
La roca en general va de aceptable a excelente, salvo en un error de itinerario que tenemos en la parte alta.
Llegados a la cima de la primera aguja y viendo que la roca comienza a empeorar y que ya llevamos una cuantas horas, decidimos tomar el escaqueo de la izquierda que lleva directamente al final del segundo rápel y te ahorra dos largos rotos.
Llevamos dos reseñas: una muy buena, pero en la que esta parte de la vía queda oculta y no se ve y otra directamente una p.m. que no sirve para casi nada. Total, que hacemos el primer rápel e interpretamos mal la reseña. La aguja a evitar, realmente era la de la izquierda y no la de la derecha, como creíamos. El resultado es que terminamos haciendo los dos largos finales de variante de salida directa y rota, bastante rota.
Segundo rápel y terminamos los últimos metros (II/III con un paso de IV) sin cuerdas. Un chollo comparado con la aproximación, puesto que el paso de IV tiene una amplia repisa debajo.
Hace ya rato que nos envuelve la p. niebla y no se ve un pijo, la llegada a la cima queda deslucida y sin vistas. Emprendemos la bonita y larga bajada. Al final aparecen unos simpáticos burritos y, ya en el bosque: JJJJ, JJJJJ, JJJ. ¿Y esoooo? Cuatro pedazo de cerdos enormes, sueltos en medio del camino.
Terminamos en el Plateau de Sánchez (afrancesado a Sancheese) dónde tenemos otro coche que nos ahorra 30’ de pateo suplementario.
Vía de grado fácil (máximo V o V+ en algún breve momento) pero con compromiso y cierto carácter de grande course a no menospreciar en absoluto.
VVB.
Una joyica de vía que me he animado a ir (también la tenía en cartera hace tiempo) tras leer tu piada.
ResponderEliminarChavi