El pasado año, después de escalar en La Foratata (Valle de Tena) nos dirigimos a este valle tan desconocido para los escaladores: Lizara. Con la idea fija de subir a las Agullas de la Balellaza pr la nueva vía que habían abierto los muchachos del Sendero Límite.
De hecho son tres los itinerarios abiertos por ellos recientemente en este valle, sumado a algunas líneas deportivas y alguna cosa dispersa van conformando Lizara como un buen destino para escalar en verano. Pero lo más importante son sus extensas posibilidades, su enorme potencial calcáreo y siempre envueltos en un precioso marco. El lugar es bastante cómodo, con un aparcamiento enorme y un refu justo al lado.
Esa vez llovió toda la noche y a la mañana siguiente se abrió cerrado. Medio lloviendo medio que no. Pero fue que no, que lo dejamos para otro día.
Esta vez volví con Xacó, uno de los mismos participantes en la anterior tentativa, a rematar la faiena.
La vía es realmente buena, sencilla pero muy estética, resiguiendo un espolón-arista formado por diversas torres, La roca es buenísima en todo momento y se encuentra prácticamente equipada en su totalidad, salvo algún tramito y la cresta final.
Otra cosa es cuando llegamos arriba y no sabíamos interpretar bien el descenso expresado en la reseña. Además había un montón de nieve, que hacía sumamente peligrosa la bajada más rápida.
Sabiamente optamos por remontar a pie hasta la primera cumbre y bajar por las laderas de la izquierda. Esquivamos la nieve todo lo que pudimos, hasta que ya no pudimos más. Un pequeño bloque sirvió para improvisar una cuerda a la que agarrarse y sortear ese inevitable nevero. Sin cuerda, el megaostión lo tenías prácticamente asegurado. Más abajo otro mogollón de nieve nos cerraba el paso. Seguimos la enorme rimaya formada entre la nieve y la roca y en el punto más bajo horadamos un gran agujero en la nieve. Unimos las dos cuerdas y las pasamos por ahí. Nos sirvió para salvar la parte más tiesa de la pendiente y el pezcuezo, again.
De aquí para abajo un agradable paseo.
Ultrarecomendable. VVB.
El pasado año, después de escalar en La Foratata (Valle de Tena) nos dirigimos a este valle tan desconocido para los escaladores: Lizara. Con la idea fija de subir a las Agullas de la Balellaza pr la nueva vía que habían abierto los muchachos del Sendero Límite.
De hecho son tres los itinerarios abiertos por ellos recientemente en este valle, sumado a algunas líneas deportivas y alguna cosa dispersa van conformando Lizara como un buen destino para escalar en verano. Pero lo más importante son sus extensas posibilidades, su enorme potencial calcáreo y siempre envueltos en un precioso marco. El lugar es bastante cómodo, con un aparcamiento enorme y un refu justo al lado.
Esa vez llovió toda la noche y a la mañana siguiente se abrió cerrado. Medio lloviendo medio que no. Pero fue que no, que lo dejamos para otro día.
Esta vez volví con Xacó, uno de los mismos participantes en la anterior tentativa, a rematar la faiena.
La vía es realmente buena, sencilla pero muy estética, resiguiendo un espolón-arista formado por diversas torres, La roca es buenísima en todo momento y se encuentra prácticamente equipada en su totalidad, salvo algún tramito y la cresta final.
Otra cosa es cuando llegamos arriba y no sabíamos interpretar bien el descenso expresado en la reseña. Además había un montón de nieve, que hacía sumamente peligrosa la bajada más rápida.
Sabiamente optamos por remontar a pie hasta la primera cumbre y bajar por las laderas de la izquierda. Esquivamos la nieve todo lo que pudimos, hasta que ya no pudimos más. Un pequeño bloque sirvió para improvisar una cuerda a la que agarrarse y sortear ese inevitable nevero. Sin cuerda, el megaostión lo tenías prácticamente asegurado. Más abajo otro mogollón de nieve nos cerraba el paso. Seguimos la enorme rimaya formada entre la nieve y la roca y en el punto más bajo horadamos un gran agujero en la nieve. Unimos las dos cuerdas y las pasamos por ahí. Nos sirvió para salvar la parte más tiesa de la pendiente y el pezcuezo, again.
De aquí para abajo un agradable paseo.
Ultrarecomendable. VVB.
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