Hay vías a las que la fama las precede. Esto es peligroso porque te creas unas perspectivas que muchas veces no se cumplen y te decepcionan. Un poco así nos dirigimos a la Directa Ansó. Como es corta, la dejamos para la tarde, tras escalar Aina y comernos el bocata.
Desde el coche no parece que el terreno sea tan fisurado como anuncian sus múltiples repeticiones, no se ve ni siquiera mínimamente definido.
Una vez en la base, vas ascendiendo y, bien, cada vez mejor. Entras en los diedros y ves que si, que esta vez la fama es justificada.
Itinerario absolutamente magnífico y que recorre un seguido de diedros verticales y con fisuras perfectas, lástima de lo corta que es pero a combinar con otra o dejar para el día de llegada o partida. Diría que ya se ha convertido en una de las clásicas del valle.
Desequipada y muy recomendable. VVB.
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