Este verano hicimos la salida reglamentaria al Valle de Ansó. La verdad es que cada vez me gusta más este sitio: tranquilidad, buena roca, posibilidades de apalanque sauvage (de momento) y buenas vías.
Ese día decidimos comenzar por una de las últimas vías abiertas en el valle, la vía sigue el espolón que delimita por la derecha la Pared de Ur. Me hacía gracia hacerla porque antes de ser abierta, le había echado un ojo como posible. La verdad es que encontramos de todo un poco: terreno agradable, algún largo muy bueno (L4) y mucho de ir con cuidado. Roca en general a vigilar. No desagrada pero tampoco es una vía para recomendar. Con el tiempo y las repeticiones se limpiará más, aún así…
Los pies no llevan colorante es una mezcla de la calorcilla y lo que destiñen los gatos. Fijo que los pongo en el caldero y sale una paellita de rechupete.
Esta y todas las otras de Ansó, realizadas con Jorge.
Bonitos pies, jeje
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