Para la mayoría de los que venimos de más lejos, Agüero no deja de ser un mero decorado (muy bonito, eso si) de fondo cuando escalamos en Riglos o Peña Rueba. Pero si un día decides acercarte un poco más a esa población, te sorprenderá n sus mallos y la calidad de la roca. Pero lo que más boquiabierto te dejará, seguro que es la Peña Sola. Este increíble monolito, aislado del macizo principal por una profunda brecha, en otro lugar sería el símbolo de toda una región, aquí pasa casi desapercibido.
Su ruta normal, es una de las escaladas más clásicas de Aragón y también de las mejor encontradas. A modo de espiral, asciende hasta la cima de la esbelta aguja, buscando siempre el camino más sencillo y con excelente roca, casi siempre. Algún tramo difícil patina más de lo debido, pero en general la roca aún se mantiene bastante adherente.
Itinerario rápido e ideal para llenar la tarde que llegas a la zona, como hicimos nosotros: Parcerisa, Raul y moi. Bajo un cielo amenazante y sobre un pueblecito que inspira mucha más tranquilidad y paz que sus mallos vecinos.
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