El Torozo es uno otro de los centros neurálgicos ineludibles. El problema es elegir entre tantos itinerarios apetecibles. Únicamente había escalado la vía Galayos y el recuerdo era el de una buena pared en la que debía haber vías increíbles. La Galayos estaba bien, pero tampoco mata, sólo lo de arriba salva un poco la jornada. Normalmente suelo quedarme con algún detalle de los lados para, al viaje siguiente, ir a tiro hecho. Esta vez si que tenía el recuerdo de los placotes de la izquierda de esa, pero que también había mucho más. Ante tanta oferta y tantas reseñas en la mano, me dejé aconsejar por mi compañero Carlos. También estaba bien hacer algo que el no conociera. Le habían recomendado la Guirles que, como todas las vías Guirles, tenía buena fama. Ya me estaba bien.
Me alegro mucho de que eligiéramos este itinerario. Tras un buen rato dando vueltas de por dónde debería comenzar. Finalmente acertamos de pleno y encontramos el inicio correcto, tarea no demasiado fácil porque llevábamos dos croquis diferentes entre si.
La vía no es muy difícil en general, vas haciendo. Eso si, en todo momento nos brinda una escalada magnífica sobre roca impecable. Punto y aparte sería el gran diedro central, dónde se concentran las dificultades. Aquí nos esperaban dos largos de A2 o 6b (según la reseña). Me toca, en vista del escaso equipamiento existente, no espero encontrar gran cosa aquí. Encuentro menos todavía: nada. La escalada de este primer largo chungo empieza bien y continúa mejor, pero más difícil de lo esperado: un perfecto diedro técnico de empotres, vertical y sin pies. Todo a equipar, cansa más de lo previsto, el calor no ayuda, pero llego en libre a la reunión. Aquí nuestras reseñas contradictorias marcan, una role y otra no. Como no me quedan demasiados friends (el L1 del diedro se los ha comido casi todos) creo que la montaré y así dispondremos de más material. ¡!Otiá!! miro con cara de imbécil los espárragos serrados durante el reequipamiento, no hay role.
No queda más remedio que continuar, miro lo que me queda, valoro y continúo, racaneando un poco más el emplazamiento de los perros. Menos mal que la fisura ya no es tan fina como la de abajo, porque todo lo que queda es mediano o grande. Justico, pero hago. Entre el calor y la tontería me cuelgo en un punto, a tomar por saco el rot punkt, una pena. Finalmente resulta un super-largazo de 50 metros y yo diría que tranquilamente 6b+ por continuidad, que la tiene, una virguería que por si sola ya merece el desplazamiento hasta esta parte de Ávila. El resto es un agradable paseíllo para llegar arriba. Ultra-recomendable.
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