Por la mañana aún tenía que hacer unos recados. Después quedo en el aparcamiento del Cabeçó con Rosa Real y Juan Agulló, aperturista de la vía, todo un lujado.
Cuando escalamos La Nena está llorando había unos guiris en este itinerario, desde dónde estábamos teníamos una visión privilegiada y aproveché para hacerles algunas fotos, la verdad es que se veía un recorrido muy atractivo y lógico.
Comenzamos el primer resalte, evitable por la derecha, por la reciente Jacinta. Un interminable y buen largo de V+ prácticamente equipado con clavos y puentes de roca.
Ahora ya pillamos la arista original.
Escalada muy bonita sobre roca excelente y mas sencilla de lo que aparenta desde abajo, gracias al buen tamaño de los invisibles agarres.
Un recorrido estético al 100 por 100 y que guarda un regustillo oldie al estar equipado únicamente con clavos y puentes de roca de diversos tamaños, alguno de la señorita Pepis. Aún así, en al paso clave han colocado un robusto parabolt. Personalmente no lo hubiese puesto, pero ya está.
Nos da el sol mucho antes de lo previsto pero el viento, muchas veces reinante en estas paredes mantiene una temperatura bastante óptima.
Otra cosa es la bajada, aquí ya entramos de nuevo en el infierno veraniego y directos al bar de las piscinas municipales.