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Hacía días que
andaba detrás de “Mala Vida”, uno de los viotes de Montrebei que me quedaba en
el tintero.
Quedo con Santi
que aún está un poco cascado del pie, pero hace.
Como viene
siendo demasiado habitual últimamente no me encuentro, ni bien ni mal, simplemente
no me encuentro. La noche anterior he dormido a penas tres horas pensando en lo
de mañana; me he tomado el redbull de costumbre pero nada, cuanado me ha tocado
dar el callo, no lo he dado. A tomar por saco, estoy muy enfadado conmigo mismo.
Santi pone
conocimiento, me invita a bajar y así lo hacemos.
Últimamente bajo
de muchos sitios, demasiados, me voy a dedicar un tiempo a la deportiva que la
tengo demasiado abandonada y es lo que me convendría ahora para coger un poco
de punch, aguante, confianza y yo que se.
Mosaqueado bajo.
Me sabe muy mal
por mi, pero peor por Santi que llegó ayer a las tantas sólo para hacer esta
vía y tras un largo viaje desde su pueblo.
Ahora toca bajar
por el camino en hora punta.
Bestial. Si el
otro día había gente, hoy que es puente es una verdadera pasada. Es constante
la cola de personal y tenemos que hacer numerosas paradas para que pasen los
del otro lado. No me quiero imaginar el follón que habrá liado en las
pasarelas.
Por hacer algo
le propongo ir a la Agulla del Forat, puesto que pasaremos al lado. Haremos
Poble Nou, que me apetece repetir y la recuerdo bastante guapa.
Por lo menos
aquí lo pasamos bien y solventa mínimamente la tontería de día.
La vía combina
muros muy verticales con diedros en bavaresa y todo sobre una roca excelente,
arenisca con formas y buenos agujeros. El último largo surca una arista bastante
asquerosilla y desagradable, aunque la verdad es que la recordaba aún peor.
Rapel nuevo, de
lujo y en línea recta (a pesar de lo que diga algún iluminado) y a por un bocata
en el Isidro.
Ya en la
carretera cogemos un par de grupos que hacen auto-stop y que han tenido que
dejar el coche en la central eléctrica. Flipamos de colores, hay coches
aparcados por toda la carretera.
Exagerado.
Pocos días
después leemos en los periódicos que los ayuntamientos implicados estudiarán la
posibilidad de limitar el acceso de personal. Más exagerado todavía. O sea que
primero crean el horrible y ortopédico y camino de las pasarelas, después el
pedazo de aparcamiento de pago, con centro de interpretación, lavabos y no se
que más (ahora parece ser que harán otro en Corçà), luego lo promocionan a más
no poder (revistas, periódicos, televisión…) y cuando lo tienen bien lleno,
entonces hay demasiada gente y a limitar el acceso.
Lo habitual
valla.
Montrebei es ex-montrebei.
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