Tras algunas reticencias por su parte, al final Almudena accede a escalar una segunda vía. Mi gran argumento es que será la última que haremos allí y que nunca mas volvería a disfrutar de esa maravillosa roca.
La verdad es que justamente en esta vía la roca no ha sido tan buena como en el resto, pero ha valido la pena.
Comienzo enlazando los dos primeros largos. Por precaución, le digo que se ponga ya los gatos y se ate, como no marcan los metros, veo que aquello no se acaba nunca. Han sido 70 o mas en esta primera tirada, con su correspondiente ensamble. La segunda parte no sabíamos por donde iba y flipo. Un espolón perfecto y vertical, tremendamente estético. Esta vez sin querer me salto otra reunión y me toca hacer 50 metros bien sostenidos en los que tengo que improvisar con mosquetones sueltos ya que he agotado las cintas. Una última tirada, ya mas sencilla, nos deja en la cima de la esbelta aguja.
Como escalada no ha sido especialmente bella, pero estéticamente me ha gustado mucho.
Ya satisfechos iniciamos el último descenso hacia el aperitivo de Red Point, situado al inicio del camino y dónde nos espera Pere.
Un chico Mejicano nos ha estado haciendo algunas fotos desde abajo con la réflex. Aunque te lo parezca, nunca estas solo….
Y se acabó, ha sido una experiencia maravillosa y en la que hemos conocido un montón de gente agradable que nos gustaría volver a cruzarnos en su camino: Héctor, Carla, Michelle, James…
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