Mi primera visita a la región fue en 1989, con el Ajipi. Escalamos un montón de vías deportivas alrededor del refugio y alguna de las clásicas mas largas. La SAME pasaba por ser una de las buenas así que para allí que nos subimos. El primer largo tenía un tramo que chorreaba agua y hecho para atrás a mi compañero, quién se descolgó de un fisurero. Con el tiempo y los comentarios que iba oyendo sobre este itinerario, la mitifiqué un poco bastante, como vía dura y expuesta.
El año pasado tuvimos el placer de repetir su inmediata vecina: Club Super 30, una magnífica línea desde la que no paraba de observar los horrores de la SAME. La verdad es que se veía seria, pero la pintaban como aún mejor que la Club super 30.
Este año Sidarta me propone subir de nuevo y a por ella. Me mentalizo y le digo que si, aplico el mismo sistema que en Ossau, subo solo la tarde anterior para estar mas fresco por la mañana.
Como una pizza y, en plena hola de calor, para arriba. Creo que no he tardado nunca tanto en subir en mi vida. Normalmente lo hago del tirón, sin paradas y sin beber una gota de agua.
Paro por lo menos 4 veces y me acabo varias veces la botella que voy rellenando en el río. La pizza tampoco ayuda y los eruptos mezcla de 4 quesos e isostar dejan un rancio sabor en la boca.
La verdad es que al día siguiente estoy fresco como una rosa y hacemos la aprox hasta la base de la pared en 1,10h. (el año pasado estuvimos 1,30h.)
La noche anterior se me ocurre revisar la guía a ver que dice….: “vía elegante y directa, de difícil aseguramiento en ocasiones. A pesar del paso de los años, la dificultad y el compromiso siguen intactos”. Uff.
El primer largo ya me pone en mi sitio. Tramos obligados, pero bellísima escalada y excelente roca, parece que la tónica seguirá así hasta la cima.
Tercer largo, desde la reunión oigo a Sidi: “sabes el bloque dónde has puesto el cam amarillo? Patapapouuuum, abajo.
“sabes el bloque dónde has colocado el puente de roca?” Patapapouuuum, abajo.
Vaya, creo que ahora ha quedado u poco mas expo.
La escalada se sucede lenta pero armoniosamente. No es posible correr mucho puesto que has de aprovechar cualquier oportunidad para colocar seguros, quizás mas arriba te viene un paso y entonces no puedes. Friends, muchos bicoins pequeños, algún clavo. Poco a poco vamos subiendo, con dificultades siempre sostenidas y homogéneas (salvo el tramito central de III) hasta llegar al penúltimo largo. Este es la guinda del pastel y resulta una tirada bien atlética y mantenida, en la que hay que escalar de lo lindo.
Las graduaciones típicas ochenteras, los V+ se transformas en 6a y 6a+ y el VI- lo traduciremos como un buen 6b. Personalmente y comparando, incluso le daría 6b+ por continuidad.
Queda la reunión colgada montada y un clavo en el segundo largo.
Si se deja un extraplano no muy largo en la primera tirada, ya es posible escalar la vía sin martillo. En tal caso, aunque siempre vendrá bien llevarlo junto a algún clavo extraplano, si no vamos sobrados, es bastante asumible repetirla ya sin clavar.
Muy buen itinerario de buscarse la vida, sin duda alguna de los mejores de Travessani y que no tiene nada que envidiar al Esperó de Mordor o la Noche de Acción, aunque un grado por encima de estas.
Debería convertirse en clásica.
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