Esta pared fue en
su día uno de los referentes de la dificultad en el Baix Llobregat.
Perfecto muro
vertical, de tonos anaranjados y dónde se equiparon (sobre todo Ernest y
Montse) itinerarios de gran belleza y continuidad.
Hoy en día sigue
siendo un buen lugar de entrenamiento para los escaladores que habitan en las
proximidades. Pero, debido a la gran proliferación de zonas de escalada por
todas partes, quizás no merezca mucho la pena un desplazamiento largo. Claro
que siempre es interesante conocer lugares nuevos, tal vez nos llevemos una
grata sorpresa…
Las paredes de
la derecha completan una oferta más variada y brindan la posibilidad de escalar
grados más asequibles.
En las fotos
aparece Oriol Pascual.
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