La Rantanplan tiene el dudoso honor de aparecer en las pinceladas históricas y análisis de la actualidad en la delicada zona de Gorros. Por pura casualidad, porque fue la primera que se me vino a la cabeza. Abrió una nueva forma de equipamiento y escalada: vías fáciles y bastante aseguradas. A pesar de ciertas críticas, este tipo de vías encajó bien en su época. Lo que pasa es que un largo de IV/IV+ que tenía 8 seguros en 30 metros, ahora ha pasado a tener 16 (el mismo).
Teniendo en cuenta que antes ya era de lo más equipado de Gorros, igual es para pensárselo.
A parte de esto la vía es realmente buena, puesto que supera un terreno particularmente vertical pero con roca excelente y plena de buenos bolos con canto, ofreciendo una escalada entusiasmante, emulada posteriormente por tantas otras, hasta la saciedad. Otro aspecto negativo, que le quita toda la gracia que tuvo en si día: resbala debido al excesivo uso.
Tanto parabolt da acceso a multitud de gente que no está preparada y se creen que la escalada es esto y claro que luego tienen que llenarlo todo de chapas alegando seguridad cuando en realidad es el miedo real por falta de formación e información.
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