Pero de entre todos los sectores de Pont d’Espagne, uno destaca poderosamente por contener los itinerarios más difíciles, largos y continuos: El Granitic Ocean. Una pequeña maravilla con vías inolvidables y equipamiento un poco alegre. Inolvidable y con vistas al macizo del Vignemale.
Los forest Gump del Parque Nacional, alertados por tanto ir y venir del principal equipador, un día se dejaron caer por el sector para ver que se cocía. Sin permiso de obras, estaba claro que tenían que intervenir. Todo fue rodado hasta el día en que se terminó el trabajo y quedaron emplazados todos los puntos de seguro. Entonces soltaron una frase, que bien podía pasar a la categoría de histórica: “Ahora quitarás todos esos tornillos de la pared, no?”.
Bastante razonable, sobre todo si tenemos en cuenta que delante existe un aparcamiento para varios miles de coches, que ese mismo año colocaron una valla metálica más potente para que los turistas no se caigan al río (sólo en esa valla hay bastante más metal que en todas las vías del valle), que unos metros más allá hay teleféricos, bares, pistas de esquí, refugios, albergues…
Otra desazón más de cuantas nos acechan. Antiparkes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario