HIGHWAY TO HELL

Ayer un montón de señores (y señoras) sacaron sus camisetas reglamentarias (los que no tenían las compraban de camino) y se fueron a recordar viejos tiempos, de cuando eran pequeños y tenían pelo.
Cuando llegamos éramos cuatro gatos, de forma que pudimos medio colocarnos en un lugar bastante bueno en principio. Aunque no mucho, algo se veía. El primer grupo (de Barcelona) ya estaba tocando pero, entre que nos situábamos y merendábamos, no me enteré de casi nada, no sonaban nada mal.
Al segundo, The Answer, ya los vimos bien. Totalmente desconocidos para mi, me sorprendieron agradablemente con algunos temas excelentes. A seguir.
A las 10 de la noche y con la puntualidad que merece la edad, salieron ellos. Rápidamente se concentró todo el mundo en la parte central y aquello se convirtió en un hervidero de cuerpos sudorosos dando botes. Pero fue a partir de los primeros acordes del tercer tema, Back in Black cuando la cosa se empezó a desmadrar más, salió volando por los aires la primera cerveza (de a 11€ el vaso), duchándonos del preciado elemento. Más adelante, y por aquello de la crisis, ya las tiraban directamente sobre el personal, de paso se aumentaban los efluvios.
Se lo curraron, dieron todo y más y tocaron todo lo que tenían que tocar. Asistimos al mejor espectáculo del mundo del rock’n’roll que se pueda ver en la actualidad y Angus Young hizo honor a su título de leyenda viva.
Por su parte, y ya para el final, Brian Johnson vistió con la camiseta reglamentaria del Barça. Esto nos dio la idea.
Se acabó, encendieron las luces y “halaaaa, ¿de dónde han salido todos estoos?” Entonces vimos a los 60 y picomil que habían llegado más tarde.
Total que conocimos a unos jevis de Mallorca, que se habían hecho colegas de otros jevis de Portugal y por el camino acabamos juntándonos con los Sardos y, como no, los de Hospitalet.
Después de ver a Brian con la camiseta del Barça decidimos seguir la fiesta y celebrar el cuatriplete (todo lo del futbol + el conciertazo). Total, si hace unos días prácticamente en todas las poblaciones de Catalunya se hizo, y no pasó nada, era lógico pensar que recorrer Barcelona subidos en nuestros coches, con las banderas de AC/DC, Highway to hell a todo trapo y pegando bocinazos con los 50 coches que nos juntamos, tampoco debía alterar a nadie. Finalmente iríamos a desparramar (sólo un poco, que ya tenemos una edad) a Canaletas.
Con la caña del r’n’r nos pusimos a ello, pero no se porqué, ya al principio de la Gran Vía empezaron a aparecer coches de Munipas y Mossos por varias calles adyacentes. Las sirenas y sus colorines no hicieron más que acrecentar las ganas de jarana y aquello fue subiendo de tono hasta convertirse en Granujas a todo ritmo (Blues Brothers).
Al llegar a Canaletas los comandos anti-avalots ya tenían montado el operativo y nos rodearon rápidamente. Nuestras intenciones eran totalmente pacíficas, sólo queríamos celebrar el cuatriplete, sana costumbre de por aquí y tolerada normalmente. Al no oponer ni la más mínima resistencia, los cuerpos ya no son lo que eran y menos tras los botes del concierto, rápidamente nos introdujeron en los furgones y acabamos en las mazmorras. Las multas por escándalo público nos dan a entender que ojito con lo que celebras, depende como, todo está permitido o notepasesnimediopelo, chaval.
Esta mañana nos ha despertado el frío de la celda y nos han echado a todos a la calle, tras desembolso por parte de familiares y amigos, de la multa. Nosotros nos lo gastamos todo entre los 72€ de la entrada, los 16€ de aparcamiento y los 11€ por birra (el bocata lo traíamos hecho de casa para ahorrar).
Los de las casi 200 camisetas de AC/DC, lo primero que hemos hecho ha sido ir a por unos chocolates con churros, como debe ser, que ya había hambre a esas horas, y había que despedir la noche como se merecía. Larga vida al Rock and Roll.

PD: ver lo que se dice ver, no vi absolutamente nada, salvo por las pantallas. Gracias al mogollón de gente y los apretujones. Aún así lo pasamos en grande. Si los ves de cerca, eso ya tiene que ser ultrasupremo.