Otro de los días lo destinaremos al Jebel Milehis, es la última carta tramposa escondida bajo la manga, y bingo, aquí si que disfrutamos el viaje.
Otro taxi con la clavada correspondiente, nos deja en las cercanías de la cara este. Nosotros deberemos rodear toda la pared, que se ve buenísima, hasta la vertiente norte. Las altas temperaturas de Octubre únicamente nos permiten escalar a la sombra y en la cara norte existe únicamente un itinerario. Como en la guía no pone si hay 10 minutos o 10 horas, vamos a ver que. Al final son unos 40 minutos.
La vía recorre la parte derecha de un marcado espolón, roca arenisca de calidad excelente y totalmente equipada con anclajes químicos. Lástima de los largos excelentemente fisurados, llevmos friends por si acaso, pero no colocamos ni uno.
El L1 es una larga (en la guía pone 60 m, pero son 70m, ojo) placa que dice que es mejor evitar y subir andando por la derecha hasta R1. Nostros, y por recomendación obligada del Hector, la escalamos. En general es bastante desagradable porque la roca suelta arenilla, se deshace, demasiado incluso. La adherencia resulta ingrata y casi imposible. Cuando alguien que hace unos días hacía 7a+ a vista, se agarra en un 6b equipado, algo hay. De 6b nada.
Al igual que la guía, y las piadas de internet, recomiendo rodear este largo por la derecha y comenzar en R1.
A partir de aquí todo cambia, roca excelente y una escalada divertida y bien asegurada. Combina placas llenas de formas, fisuras perfectas, incluso algún muro desplomado con super-cantos.
El último largo resulta muy largo y rarito, con un curioso bloque final, no obligado. Recomiendo hacer reunión bajo este y luego plantearse si se desea hacer o no, la bajada es ya desde aquí.
Existen varias posibilidades, nosotros lo hicimos andando y al final nos liamos.
La opción del rapel norte seguro que es la mas impresionante, rápida y cómoda.















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